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Niños de la pólvora
En Guatemala hay 996 mil 361 niños y adolescentes que trabajan, lo cual representa el 25 por ciento del total de menores en el país. La gran mayoría son explotados, pues ni siquiera reciben el salario mínimo y muchos de ellos son tratados como esclavos sin remuneración.
Del total de menores entre 5 y 14 años que trabajan, el 70 por ciento lo hace en tareasagrícolas y rurales; el 8 por ciento en la industria manufacturera; el 8 por ciento en el comercio y venta ambulante; el 7 por ciento en trabajos domésticos y el 3.5 por ciento en pornografía y prostitución.
La fabricación de cohetillos es de por sí sumamente peligrosa debido a la manipulación de pólvora y materiales explosivos. Los riesgos aumentan considerablemente por las pésimas condicionestécnicas y de seguridad en las fábricas clandestinas que funcionan en el país, muchas de ellas en casas particulares, que ponen en grave peligro la integridad de los niños, que en su mayoría también laboran en la elaboración de los fuegos artificiales, una de las peores formas de trabajo infantil.
El 80 por ciento de las coheterías se encuentran en San Raymundo y San Juan Sacatepéquez, donde sonempleados ilegalmente cientos de niños menores de 14 años.
El Estado debe hacer respetar los derechos de la niñez, garantizados en la Constitución de la República, impidiendo el trabajo realizado por una criatura que no alcance la edad mínima especificada y que, por consiguiente, impida probablemente su educación y su pleno desarrollo, y que ponga en peligro el bienestar físico, mental o moralde quienes que están por encima de dicha edad para trabajar.
Las autoridades toleran y permiten este tipo de negocio excusándose con el argumento de que San Juan y San Raymundo son territorios sin ley; en otras palabras, reconocen tácitamente que son parte de un Estado fallido. Además de que la población se opone al cierre de las coheterías, muchas de ellas improvisadas en los patios de loshogares, tampoco acepta recomendaciones para su seguridad.

El niño pedía tomar agua en su idioma materno (cakchiquel), porque con este tipo de quemaduras se pierden líquidos, relata el doctor Ricardo Menéndez, jefe de Intensivo de Pediatría del hospital Roosevelt.
A Francisco Ajvix Suruy, de siete años, lo trasladaron con quemaduras en el rostro y piernas, soportando el dolor en untrayecto de 40 kilómetros, hasta llegar a la zona 11 de la ciudad capital, donde también está en dicho centro hospitalario.
La ambulancia de los Bomberos Voluntarios de Chuarrancho debió llevarlo desde la aldea Cerro Alto, San Juan Sacatepéquez. La tragedia ocurrió la tarde del domingo pasado y, dos horas después, fue atendido por los médicos. El pequeño fue víctima de un estallido de pólvora en elpatio de su casa, donde su mamá, Juliana Suruy Chamalé, quien recibe Q150 al mes por fabricar 19 docenas de ametralladoras a la semana, afirmó a los bomberos que “jugaba con chiltepitos”.
Sin embargo, Menéndez rechaza la versión de Juliana. Su hijo llegó a la Emergencia lleno de pólvora, víctima de una explosión accidental, mientras elaboraba juegos pirotécnicos.
“Nosotros no le creímosa la señora. El niño manipuló una bomba de feria que le ocasionó quemaduras de segundo grado en el 27% del cuerpo”, aseguró el galeno.
El infante llevaba destrozado el muslo derecho y el 70% de sus córneas resultaron dañadas, por lo que necesitará trasplantes para no perder la vista.
En Guatemala fue creado el Acuerdo Gubernativo 28-2004, Reglamento de la Actividad Pirotécnica, con laintención de prohibir ese trabajo en residencias de escasos recursos, principalmente de San Raymundo y San Juan Sacatepéquez, por el peligro que representa para los niños.
La idea era finalizar con esa práctica en 2010, pero no se ha podido. A finales del año pasado, el Ministerio de Trabajo realizó inspecciones en ambos municipios, con pocos resultados, debido a que las familias esconden...