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Fjxjxnd xkdbf cnrndisic fndksxkf fbsjckdnf snndxkfkfnxn de que los trabajos realmente necesarios recaigan en tan pocas manos. Lo que implicará, además, que se trabaje de sol a sol.
Para obtener el sustento, los utopienses acuden a la plaza del mercado donde cogen todo lo que necesitan y se lo lleva sin pagar. ¿Por qué va hacerlo si hay de todo en abundancia? Sólo el miedo o la escasez engendran la codicia y la rapiña en los animales o, en el hombre, sólo el orgullo, ya que considera algo glorioso superar y exceder a otos en la superflua y vana ostentación de las cosas. Esta clase de vicio no puede tener lugar entre los utopienses:
Ab his quilibet paterfamilias quipus ipse suique opus habent, petito, ac sine pecunia, sine ovni prorsus hostimento quicquid petierit, Aubert, Quare enim negetur quicquam? quum et omnium rerum abunde satis sit, nec timor ullus subset, ne quisque plusquam sito pus, flagitare velim… Nempe avidum ac rapaces aut timor carendi facit in ovni anamantur genere, aut in homine sola reddit superbia, quae gloriae sibi ducit, superflua rerum ostentatione caeteros antecellere, quod vitii genus in Utopiensium institutos nullum omnino locum habet.32
Rechaza aquí Moro los excesos de la propiedad privada que, además, proceden de la soberbia, vicio que de ninguna manera existe en Utopia.
Respecto a la preparación de las carnes, los animales son traídos muertos y completamente limpios por mano de sus esclavos pues no autorizan a que sus ciudadanos libres se acostumbren a la matanza de animales con la práctica de la cual piensan que la clemencia, la más noble cualidad de nuestra naturaleza, ...
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