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Páginas: 9 (2141 palabras)
Publicado: 2 de octubre de 2013
El enfrentamiento entre el gobierno y los conservadores empezó a agudizarse con los debates de Laureano Gómez y con la actitud radical de monseñor Miguel Ángel Builes, el joven obispo de Santa Rosa que estaba destinado a convertirse en una de las Euménides del partido liberal: ya en la cuaresma de 1931, mientras el resto de la jerarquíamantenía una actitud de espera frente al nuevo régimen, publicó una explosiva pastoral en la que reiteraba la doctrina tradicional de que el liberalismo, y en particular el liberalismo colombiano, era pecado y era substancial e intrínsecamente malo. Estas pastorales, siempre fechadas en vísperas electorales, se repitieron en 1933 y 1935.
Finalmente, desde 1933 la cooperación conservadora con elliberalismo se reduce a los romanistas y a las consultas privadas que algunos notables, como Mariano Ospina Pérez, realizan con el presidente Olaya. Para 1934 Laureano Gómez y Pedro José Berrío, como dirigentes nacionales del conservatismo, decretan la abstención en las elecciones presidenciales, y el ano siguiente la extienden a las de congresistas y diputados. La oposición, por lo demás, tiende aser cada vez más aguda. Según los conservadores, el liberalismo, que ejerce ahora el poder en nombre de la "republica liberal" y de la "revolución en marcha", ha quitado las garantías a los conservadores y enarbola un programa de cambios que amenaza con destruir a la nación. Los proyectos de reformas constitucionales, sobre todo, se convirtieron en tema de una oposición cada vez más radical. Parala mayoría de los conservadores, estimulados por la retórica de Laureano Gómez, así como para algunos sectores de la iglesia, tales proyectos, que hoy parecen tan inocuos, abrían el camino a una republica comunista y masónica. Según monseñor Builes, la idea de la soberanía popular, la libertad de cultos, la enseñanza laica y obligatoria, y hasta el "pernicioso sistema de la coeducación en launiversidad" hacían parte de este programa político inaceptable para los católicos. Las manifestaciones de anticlericalismo dentro del liberalismo, la tolerancia a los actos del movimiento sindical, el respaldo de la izquierda liberal, del socialismo y finalmente, en 1936, del partido comunista a los gobiernos liberales, todo esto resultaba prueba de esa conspiración que destruiría las bases de lacivilización colombiana, si no se ejercía una oposición valiente y decidida. El conflicto entre un liberalismo que no ocultaba su voluntad de cambio y un conservatismo que se sometía a la dirección de Laureano Gómez empezó a agudizarse y agriarse, e incluso a salir a las calles.
En efecto, las movilizaciones populares se convirtieron en parte rutinaria, habitual, casi ritual de la acción política.Ya en los 20s los izquierdistas y revolucionarios, los estudiantes y los obreros habían comenzado a desfilar por las calles de Medellín. Pero a partir de 1931 el liberalismo entra a promoverlas, y la ciudad ve a diario las marchas populares. La visita de un dirigente nacional, la declaración de una huelga, el desarrollo de las campañas políticas se hace en la calle. Los manifestantes hacen unrecorrido que los lleva, por ejemplo, del parque de Bolívar a la Plazuela Uribe Uribe y de allí a la plaza de Cisneros, desde donde siguen a la gobernación o a la Veracruz. En cada parada, dos o tres oradores tratan de estimular a los oyentes. Según los conservadores, que todavía miran con desconfianza esta forma de agitación, el aguardiente es un ingrediente habitual de las marchas liberales. Pero apartir de 1935 y 36 el conservatismo decide disputar el dominio de las calles al populismo liberal: sin esto el dominio liberal parece destinado a consolidarse. Los jóvenes de la derecha, deslumbrados por Primo de Rivera y Mussolini, veían en las manifestaciones públicas una forma de esa actitud desafiante y audaz que hacia parte integral del gesto fascista. La disputa de los sitios públicos...
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