vacaciones bajo presion

Vacaciones bajo presiòn
Profesora: Gabriela Bejerman
Alumno: Alejandro Caraballo
-Le sugiero unas vacaciones amigo, el stress no hay que tomarlo con sorna- me dijo el mèdico. Si bien nunca sigo a rajatabla las indicaciones de los facultativos, el cuerpo ya me habìa dado un par de señales: caìda capilar, gastritis y un bruxismo que amenzaba mis piezas dentarias, eran mas que motivossuficientes para tomarse un pequeño descanso.
En el trabajo me debìan unos dias por lo que no hubo inconveniente en pedir una semana. Tomè el bolso y me dispuse a partir desde Retiro hacia la ciudad entrerriana de Federaciòn, el paraìso termal. En realidad el viaje de ida no fue placentero, una cruel temporal amenzaba al micro en su camino por la ruta catorce, conocida como la ruta de la muerte, por lo queno pude pegar un ojo en toda la noche.
Lleguè por fin cerca de las siete de la mañana de un frìo invierno,teniendo la espera habitual, ya que la habitaciòn del hotel estarìa preparada a las diez de la mañana: por lo que me dispuse a recorrer la ciudad. Ya luego de haber almorzado frugalmene me dispuse a recorrer los cien metros que me separaban del complejo termal.
El frìo era realmenteintenso por lo que los visitantes nos hallabamos todos juntos en la unica pileta cubierta. Ya en el medio acuatico podìa observar como en el reloj ubicado en la parte superior no se podìa distinguir la hora a causa del vapor reinante que emergìa de la profundidad de la tierra a cuarenta grados de temperatura. Perdì la nociòn del tiempo, pero en un calculo estimativo puedo aseverar que mi relax durò masde cuarenta minutos.
Me dispuse a salir del agua, pero internamente algo me decìa que no me iba a ser tan facil, mientras me quedaba mas tiempo, peor me estaba sintiendo. Como me encontraba en el medio de la pileta caminè torpemente hacia el borde de la misma y luego de meditarlo un momento apoye mis brazos y de un salto brusco salì hacia la ansiada superficie.
Recuerdo que la tarde se mevolviò noche, le pedì amablemente a una señora si accedìa a dejarme un lugar en el banco de madera ubicado a los costados. Ella accediò amablemente con cara de susto ( seguramente en ese momento Dracula comparado conmigo tenìa el color de un brasileño en las playas de Ipanema).
- ¿ Queres que llame al salvavidas? - Me dijo. Le contestè que no apelando a mi condiciòn de macho, mientras sentìa unhormigueo en las piernas que amenzaba con desestabilizarme completamente.
Cuando me percatè se acercò un muchacho de campera verde quien me preguntò cuanto tiempo habìa estado en el agua. Cuarenta minutos le dije, mientras el bañero me aleccionaba sobre el inconveniente de permanecer tanto tiempo y que el tiempo màximo era de quince minutos, tal cual rezaban los carteles indicadores.
Me recostò en elbanco mientras me levantaba las piernas y abria una de las ventanas con el fin de que pudiera recibir aire del exterior. El me preguntaba como me sentìa mientras me tomaba el pulso. A esta altura la señora que me habìa ayudado y otra personas de su amistad se habìan reunido alrrededor de mi como en una sala velatoria.
No se cuanto tiempo pasò que cuando girè hacia mi derecha vi a otra persona, quesupuse el mèdico, que me tomaba el pulso y le comentaba al guardavidas que no encontraba el pulso. Juro que pensè que estaba muerto, sintiendome Patrick Swayze en Ghost, pero sin Demi Moore. Siempre pensè que todos venimos al mundo con un fin, tal vez mi muerte aunque no serìa espectacular, tampoco serìa en vano, me convertirìa en una suerte de " Martir Termal"que aconsejarìa a los futurosvisitantes a no ser tan boludos como yo.
El doctor me pidiò que me levante lentamente y me tomò el pulso por decimocuarta vez , le pidiò a una de las personas que me compraran gatorade con el fin de ingerir lìquido. Balbuceando le dije que en el bolsillo de mi pantalòn ubicado en la mochila encontrarìa algo de dinero( la señora hizo caso omiso de mi pedido, seguramente apiadandose de una situaciòn...