Valentino Esteban Todos Los Soles Mienten Editorial Alfaguara 1

Páginas: 108 (26956 palabras) Publicado: 1 de septiembre de 2015
ESTEBAN VALENTINO

TODOS LOS SOLES MIENTEN

A mis padres
Martha y Alberto

“Hace falta tener un caos dentro de sí
para poder dar luz a una estrella bailadora”
F. Nietzsche
Así hablaba Zaratustra

PRIMERA PARTE

Estamos solos aquí, en este círculo que inventamos con nuestros cuerpos, mirándonos entre nosotros
y ya casi ni podemos abrir la boca. Pero estamos. Tal vez esto sea lo mejor que hicimos.Cuando nadie está,
cuando nadie quiere jugarle una ficha al porvenir, nosotros somos testarudos y estamos. Dirán que por poco
tiempo. Tienen razón. Dirán que inútilmente. También tienen razón. Pero estamos. ¡Y es tan difícil estar en
estos días en que todo el mundo desaparece detrás de la muerte! O detrás de la vergüenza, que es lo mismo.

Y ESTOS ERAN NUESTROS SUEÑOS

— ¡El Sputnik, el Sputnik!—gritaba Rogelio R como un loco, señalando un punto que según él se
movía en el cielo de la noche llena de estrellas.
— ¿Dónde, dónde? —preguntábamos más por seguirle la corriente a Rogelio R que porque
estuviéramos convencidos de que algo se moviera arriba.
— ¡Allá, vean, al lado de aquel quásar, entre el asteroide y la supernova! —insistía. Además de
pesado era medio mentiroso porque quásares enesa época del año no se veían y asteroides jamás se
distinguieron. La supernova sí era clarita pero también como para no verla, grandota, luminosa, prepotente.
Lo que seguíamos sin ver era el Sputnik. Se lo dijimos.
—Ese no es el Sputnik.
—Entonces es el Voyager —reculaba Rogelio R con astucia. Claro, si ahora nosotros decíamos que lo
veíamos, él nos saldría con que desde allí no se veían lasletras y que si era el Voyager bien podía ser el
Sputnik y nos quedaríamos sin respuesta. Pero no caímos en la trampa.
—Tampoco —le dijimos con toda la frialdad de la que éramos capaces.
— ¡Es la Apolo. Seguro que es la Apolo! —Rogelio R a veces es fatigoso.
—¿Cuál de todas? —le preguntábamos. Eso lo hacía dudar siempre.
—Y... no sé... la 10. O la 9. ¡Esa, esa! Debe ser la 9.
—¿A esta hora ? VamosRogelio R Bueno, chicos, yo me voy a casa, ¿vienen? La Apolo 9... cómo no,
sí claro. Y ahora resulta que somos tontos.
Y nos íbamos cada uno por su lado, dejándolo solo a Rogelio R, mirando al cielo, sin poder
mostrarnos nunca las pruebas de los viejos satélites que decía ver. Al final pasaba siempre lo mismo. Me
llamaba a mi casa para justificarse.
—Te juro que se movía, allí, al lado de lasupernova.
—Era una estrella, Rogelio R. Una estrella común y corriente. Y no se movía.
—Bueno, tal vez vi mal.
—Seguramente, Rogelio R.
—En fin, será hasta mañana.
—Hasta mañana.
Y me iba a dormir, sabiendo que hacía tiempo que viejos satélites habían sido capturados por las
fuerzas gravitatorias de los cuerpos celestes cada vez más numerosos y que hacía rato que habían sido
destruidos por las respectivasatmósferas. Pensando en estas cosas tranquilizadoras me quedaba dormido.
En realidad, el primero en descubrir esta especie de manía de Rogelio R por los satélites en desuso fue el
propio Rogelio R. Un día, en el fondo de casa, me agarró del brazo, me miró fijo y me dijo:
— ¿Sabés qué me está pasando?
—No — contesté.
—Estoy pensando a cada rato en la chatarra.

Y ESTOS ERAN NUESTROS SUEÑOS

Elproblema con Rogelio R no tenía que ver con los satélites sino con que nos cortaba un juego que
antes nos divertía. Adivinar si un punto que caía en el cielo era una estrella en descomposición que emitía
parte de su componente gaseoso al espacio, los restos de un cometa o alguna antigua chatarra mecánica no
es cosa fácil. Pero desde que Rogelio R empezó a nombrar con los viejos nombres de satélitesa cuanto punto
se movía allá arriba, el juego se había ido desvirtuando y ya no nos gustaba.
Por esa época las galaxias más lejanas habían virado decididamente al azul, lo que nos daba la pauta
de lo rápido que se estaba comprimiendo el Universo. A este paso no iba a pasar mucho tiempo antes que
toda la materia estuviera encerrada en un punto fantásticamente denso, igual que al Principio....
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