Valoración de la conducta de las partes

PROYECTO DE TESIS

VALORACIÓN PROBATORIA DE LA CONDUCTA
DE LAS PARTES
I.- Presentación:
Dentro de la dicotomía que se ha presentado entre diversas concepciones del Derecho Procesal, en particular en torno al papel que el Juez debe desarrollar dentro de un proceso (dicotomía que conceptualizó con el sintagma casi pugilístico “Garantismo Procesal vs. Activismo Judicial” [1]) se ha vistodesprendida una cuestión que aparece –a primera vista- como una consecuencia del sostenimiento de una u otra concepción: la valoración probatoria de la conducta de las partes.
Desde la pura óptica del Derecho Procesal la cuestión lejos está de ser inane o baladí. Se trata nada menos que de reglar como medio probatorio (o desde la precisión terminológica de Alvarado Velloso “medio deconfirmación”) un ente que no se encuentra entre los instrumentos clásicos –o asimilables- del listado de medios de confirmación procesal.
Supra decía que la materia aparece como desprendida de la visión que se tenga sobre el papel de los Jueces dentro del proceso. Va de suyo entonces que tal aseveración debe aceptar una raíz que la fundamenta, que no es otra que la concepción filosófica que dabasamento a uno u otro pensamiento.
El estudio y análisis de estas dos concepciones filosóficas exceden naturalmente el marco de la presente investigación, y además ha sido suficientemente tratada por diversos autores con holgada solvencia y cientificidad. No obstante, creo que resulta indispensable su referencia a efectos de hacer notar la piedra angular desde la cual se bifurcan lospensamientos que dan origen a tan dispares interpretaciones acerca del instituto de la valoración probatoria de la conducta de las partes.
Desde allí se procura arribar a las consecuencias procesales que las diversas concepciones pueden otorgar al tema investigado.

II.- Justificación:
La conformación política federal de la Argentina conlleva la existencia de tantos códigos procesales civilescomo provincias existen en ella, sumándose el territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Tal proliferación de códigos rituales conlleva inexorablemente la divergencia de normas acerca de los institutos procesales que regulan. A guisa de ejemplo, las “medidas autosatisfactivas” tienen consagración legal en el Código Procesal Civil de la Nación y de las provincias que casi textualmentecopian esta norma, como ser la Provincia del Chaco. No ocurre lo mismo en la Ley Prov. 5531 de Santa Fe, que no contempla legislativamente este instituto procesal, producto dilecto de la postura activista del derecho procesal, sin perjuicio que ha tenido buena recepción en el ámbito tribunalicio.
Del mismo modo, muchas provincias otorgan en su texto positivo al Juez la posibilidad de sopesar yotorgar consecuencias probatorias a la conducta de las partes. Amén de ello, existen leyes de fondo que meritúan también la conducta de las partes (vide art. 4º de la Ley Nacional 23.511 de Banco de Datos Genéticos) otorgándole graves consecuencias, que, a pesar de que el legislador quiso determinarla lo mas posible, son objeto de discusión doctrinaria.
Como contrapartida, otras jurisdicciones –comopor ejemplo nuestra Provincia de Santa Fe- no contemplan tal posibilidad en su código procesal civil vigente.
Esta disparidad se constituye así en un campo fértil de polémica para quienes en cierta clase de cuestiones reclaman dosis de uniformidad en el actuar judicial. Ello no implica quitar a la casuística los ribetes que hacen tan particular a esta ciencia y que impiden la previsiónperfecta de los conflictos que se suscitan y que son motivo del trabajo jurisdiccional, sino que apuntan –por el contrario- a sostener el principio de igualdad con la premisa de igualdad de tratamiento ante igualdad de circunstancia.
Desde una óptica dikelógica, la afectación a la premisa última sentada aparece como un claro disvalor a la juridicidad argentina. En tiempos en que la actividad...