Valores Del Sida
Jeffrey Weeks
Vivir con sida
M
e gustaría empezar con una cita de una entrevista en un
periódico inglés hace un par de años con una persona que
vivía con sida y su compañero y cuidador :
Martyn : Uno de los problemas del sida es que es impredecible. Es como hacer un
viaje sin mapa .
Tony: Que sea impredecible genera tensión . Nuestra vida esde incertidumbre .
A continuación podría citar a un importante sociólogo y teórico de la
postmodernidad, Zigmunt Bauman :
La incertidumbre mece la cuna de la moral, la fragilidad la acecha a lo largo
de la vida .
La relación entre un difundido estado de ánimo de incertidumbre
económica, social, cultural y política, de discordia moral y ética, y el
impacto de la epidemia del sida en lareconfiguración de las actitudes hacia la sexualidad es el tema de esta conferencia .
"Hablar de sexualidad y del cuerpo y no hablar también del
sida", escribió B. Ruby Rich, "sería obsceno" (citado en Crimp, 1987,
p . 14) . No me queda más que coincidir. Desde principios de los años
ochenta, el sida, la enfermedad del VIH, ha acechado el imaginario
* Esta es la tercera de tres conferenciaspresentadas por J . Weeks durante el Los
Nuevos Paradigmas de la sexualidad .
Agradecemos al autor, al Programa Salud Reproductiva y Sociedad (El Colegio
de México) y a la Red Genesys (Asociación Mexicana de Educación Sexual, A .C .) el
permiso de su publicación .
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debate feminista, abril 1995
sexual, encarnando el peligro y el temor que lleva consigo el despertar del cuerpo y susplaceres . Aun cuando la epidemia se "normaliza"
en grandes partes del mundo, se vuelve endémica en otras, y proyecta
una sombra sobre los cambios que transforman el mundo sexual.
Coincido plenamente con las personas que se niegan a ver el
sida como una metáfora de lo que sea (Sontag, 1989) . Es, como lo
dicen desde hace tiempo los activistas del sida, "un desastre natural", aunque empeoradopor el prejuicio, la discriminación y una
desidia nada benigna . No es un juicio de Dios, ni una "venganza de
la naturaleza" contra un grupo de personas, ni un símbolo de una
cultura descarriada . El VIH es una enfermedad o conjunto de enfermedades como cualquier otro, y en un mundo racional y caritativo
se abordaría con toda la compasión, empatía y recursos que exigen
otras crisis importantesde la salud .
Pero, como es de suponer, no se ha visto siempre así . Como lo
indican el lenguaje barroco y la proliferación de metáforas que lo
rodean, al VIH no se respondió como a cualquier otro virus . El hecho
de que la epidemia fuera identificada por primera vez, a principios
de los años ochenta, en una población, las comunidades masculinas
gay de Norteamérica, que ya estaba sometida ala marginación y a
los ataques politicos y culturales, no a pesar del vital crecimiento de
esas comunidades en las décadas anteriores sino debido a él, configuró radicalmente la respuesta inicial .
La terrible coincidencia de la identificación de esa crisis de salud con el crecimiento de un clima moral que buscaba un retorno a
los "valores tradicionales", y cuando se estaban haciendo intentospor transformar las políticas económicas y sociales en dirección de
un nuevo individualismo y en contra de las tradiciones de la seguridad social, significó que se dirigieron pocos recursos contra la crisis,
además de los disponibles por las comunidades en riesgo, hasta que
la epidemia estuvo casi fuera de control . A medida que la epidemia
se difundió en otras comunidades y gruposmarginales, en especial
los pobres, los negros y los usuarios de drogas, y parecía afectar
apenas a la población "normal" heterosexual en muchos de los países occidentales, incluso a medida que comenzaba a devastar a los
países pobres del globo, la asociación del sida con el perverso, el
marginal, el Otro, la enfermedad del ya enfermo, confirió un tenor y
un estigma a los afectados que ha persistido,...
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