VALORES OCT NOVIE







En un barrio muy muy grande, muy cerca de aquí, vivía un niño de casi siete años muy muy alegre y juguetón que se llamaba Vicente. A Vicente le gusta­ba conocer a muchas personas y siempre lescontaba a todos que tenía miles y miles de amigos en el colegio.
Un día su abuelo se le acercó y le dijo:
—Vicente, te apuesto una bolsa grande con chocolates que no tienes tantos amigos como crees.Seguramente muchos son solo compañeros o cómplices de tus travesuras.
Vicente aceptó la apuesta sin dudarlo pero no sabía cómo comprobar que todos eran sus amigos.
Entonces su abuela le dijo:—Vicente, no te preocupes, yo tengo justo lo que necesitas en mi ropero.
La abuela se fue y al rato regreso como si llevase algo en las manos, pero Vicente no veía nada.
—Toma, es un banquito muy especial.Como es invisible, es difícil sentarse en él, pero si lo llevas al cole y logras sentarte, activarás su magia y podrás saber quienes son tus amigos verdaderos y quienes no.
Vicente muy convencido tomó elbanquito invisible y se fue con él al colegio. Al llegar la hora del recreo, pidió a todos que hicieran un círculo y se puso en medio con su banco.
—¡Nadie se mueva! Serán testigos de algoincreíble.
Entonces intentó sentarse en el banco pero como no lo veía, Vicente falló y se calló de espaldas. Todos los niños se empezaron a reír.
—Esperen, esperen, que no me ha salido bien— dijo Vicentemientras volvía a intentarlo. Pero volvió a fallar, provocando en sus compañeros las primeras burlas.
Vicente no se rendía y siguió intentando sentarse en el banquito mágico de su abuela, pero no paraba decaerse al piso... hasta que de pronto, en una de las veces que fue a sentarse, no se cayó y se quedó en el aire...
Es entonces, que Vicente supo cual era la magia de la que hablaba su abuela... Alfijarse a su alrededor vio a Franco, Andrés y Carolina, sus tres mejores amigos, sujetándole para que no se cayera, mientras muchos otros a quienes consideraba como sus amigos se reían y burlaban...