Van Meergen, La Vanidad Del Falsificador
Del mismo modo, se nos introoduce narrando cómo dando un Van Gogh por falso, un mercader que suponía haber vendido el auténtico, concluyó que el falso cuadro que allí dejaron, era el auténtico yno el que él pensaba, deduciendo así la facilidad con la que una falsa obra, puede llegar a sobrepasar casi los límites de lo comprensible por el que dicta su autenticidad.
Si quizá pudierandestruirse todas las obras de procedencia copista, muchas de las colecciones conservadas desde antaño, quedarían a medias, dado que ni los mismos expertos son capaces de determinar una autoría plagiada a laperfección, la historia pictórica se quedaría a medias.
Van Meergen, el falsificador de Vermeer, a punto estuvo de perder la vida a manos de sus propias falsificaciones, siendo su orgullo el que leimpedía demostrar empíricamente delante del tribunal que lo apresó la autoría y no la venta de la perfecta falsificación de “mujeres sorprendidas en adulterio“ destapando el traspaso económico del mismoal general Goering en 1945 para su colección privada. Confesó que realmente el era el autor no sólo de esa, sino de más falsificaciones del mismo autor, a modo vengativo hacia un público que ignorabasu real capacidad.
Así pues y tras la negativa del jurado encargado de su sentencia, decidió retarlos ofreciéndose a realizar en la carcel, bajo custodia, una falsificación de “Jesús entre losdoctores“, pidiendo que le facilitaran pigmentos, aceites y demás materiales.
Dada la fidelidad de la falsificación, el tribunal decidió revocar la sentencia de muerte por horca y sustituirla por una...
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