Pedro Xavier SolísPoetas para llenar un sigloHace algunos años el poeta José Coronel Urtecho escribía que la poesía era el único producto nicaragüense de exportación. Leyendo en perspectiva esa afirmación, no es difícil constatar que una tabla de salvación para el espíritu (la poesía, como dice Tristan Tzara, es una actividad del espíritu) sigue siendo el quehacer poético, cuya potencia capitales de grandes cualidades y calidades.Sin embargo, hay una tendencia a clasificar a los autores por el comienzo, cuando es en la meta donde el hombre, o el escritor, o el deportista, clasifican. Rubén no es Azul…. Los vanguardistas no se estacionan en la vanguardia. Carlos Martínez Rivas no es “El paraíso recobrado”, ni Ernesto Cardenal “La ciudad deshabitada”. Las generaciones, lo mismo que lospoetas, son guiones largos (o cortos) que se abren en los “manifiestos” y se cierran en los “testamentos”. El manifiesto de Joaquín Pasos es “Por, en, sin, sobre, tras las palabras”, y su testamento es el “Canto de guerra de las cosas”. El verdadero “gran” Cabrales se produjo hasta después de que había salido la primera antología de poesía “nueva” nicaragüense. La “revelación” de Cabrales, uno de losiniciadores del movimiento de vanguardia, se produjo cuando ya se habían revelado Ernesto Cardenal y Carlos Martínez Rivas, de la generación siguiente y bastante menores que él. De ahí que mientras no hayan muerto todos los escritores de una generación, no se pueden establecer los límites literarios de una generación. De lo cual se infiere, asimismo, que una generación que recibe en sus comienzoslas influencias de sus antecesores, luego es influida también por sus sucesores. Con esa idea en mente realicé este esbozo, nada exhaustivo, de la poesía nicaragüense en el siglo XX.EL MODERNISMOEl siglo inicia con un Rubén Darío (1867-1916) que llegaba al culmen de su desarrollo poético con Cantos de Vida y Esperanza (1905), obra que se sitúa a un tiempo fuera y dentro de la estética modernista(“Yo soy aquel que ayer no más decía / el verso azul y la canción profana…”). En 1888, con Azul…, había marcado el inicio del movimiento modernista; y en 1896 con Prosas Profanas (aunque una segunda edición ampliada aparecería en 1901), moduló una revolución poética por sus innovaciones métricas, su lujo literario y la artificiosidad de sus temas. La poesía nacional, en la capitanía de Darío, nopuede ser mejor para iniciar el siglo XX. A las obras mencionadas siguieron: El canto errante (1907), Poema de otoño y otros poemas (1910) y Canto a la Argentina y otros poemas (1914).Pero además de la revolución técnica dariana, ese su virtuosismo sorprendente, no es menos importante otro de sus logros: la legitimación intelectual de la poesía. A la par de la sensualidad verbal, el triunfo de laidea. De forma que, como afirmó Pedro Henríquez Ureña, de cualquier poema escrito en español puede decirse con precisión si se escribió antes o después de Rubén Darío.EL POST-MODERNISMOUn año después de la muerte de Darío en León de Nicaragua, Azarías H. Pallais (1884-1954) continuaba la revolución poética dariana escribiendo A la sombra del agua (1917), y se instalaba como uno de los precursoresdel movimiento vanguardista. Al año siguiente Pallais publicaría Espumas y estrellas y Salomón de la Selva (1893-1959) se iniciaría en la poesía con una obra, aunque en inglés, renovadora: Tropical town and other poems (1918). Nuevos títulos que allanarían un nuevo terreno a la poesía nacional fueron: Caminos (1921) de Azarías y El soldado desconocido (1922) de Salomón. Ya para 1927 puede decirseque las condiciones estaban dadas para que José Coronel Urtecho produjera su “Oda a Rubén Darío”, que fue la inauguración de una expresión nueva y demoledora, que buscaba romper con las declinaciones de la tradición modernista y asimilar las nuevas corrientes literarias.Si los textos de Rubén Darío fueron cabalmente de liberación, abarcando consiguientemente nuestra realidad de neocolonias...
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