VARIOS
Entre las múltiples guerras que libran los Estados contra los delincuentes ninguna registra una derrota más estruendosa que la guerra contra la droga. Cualquier indicador que setome como medida referente es desconsolador, los avances solo cuentan favorablemente para las estadísticas de los traficantes: los volúmenes de tráfico, el número de adictos, la apertura de la gamade productos, la infiltración del poder corruptor y las cifras colosales de los recursos económicos que maneja este comercio todos muestran un aumento sostenido.
La vulnerabilidad a la corrupción losmiembros de Corte Constitucional guardiana de la Carta no se plantea abiertamente en la sociedad, pero es evidente en el sentido de algunos de los fallos que son muchedumbre. Uno de ellos fue laingeniosa sentencia [1] que en aras de la gaseosa expresi?ón del libre desarrollo de la personalidad, dio libertad a los ciudadanos de bien de portar abierta e impunemente una dosis personal desustancias alucinógenas entre sus pertenencias personales; sustancias que por normas penales es delito producirlas o comerciarlas y que hasta ese momento era prohibido portarlas. Es decir, se dejóabierta la demanda y se legalizó desde las Cortes el extremo del consumo de estupefacientes, para que las autoridades quedaran con una mano atada en la espalda en la guerra contra este sector de ladelincuencia.
Los intentos de reversar esta decisión judicial hechos por el ejecutivo han sido múltiples y vanos en los últimos años, pero el carácter de la reforma introducida por la Corte dado que tocasobre puntos fundamentales obliga a plantear una reforma constitucional y no una simple reforma al Código Penal para poder superar el poder de veto omnimodo que tienen estos magistrados.
Losmiembros del poder legislativo, no menos vulnerables que los de la Corte, a las dádivas de los traficantes han peloteado y rechazado los intentos del gobierno de penalizar el porte de la dosis personal....
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