Varios
Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la
escuela. Se levantan irritados pues se acuestan muy tarde hablando porteléfono o conectados a la Internet. No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con 'arreglar algo en el hogar'.
Idolatran a sus amigos y vivenponiéndoles 'defectos' a sus padres a
los cuales acusan a diario de que 'están pasaos'. No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo. Hay quedarles su 'semana' o mesada de la que se quejan a diario
porque 'eso no me alcanza' sin ponerse a pensar de donde es que sale
el dinero.
Si son universitarios siempre inventan unos paseos de finde semana
que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo o
habiendo fumado un pito de marihuana. Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada ez más, pues aúnel día en que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles. Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 14 y los 24 años y quepara aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un
verdadero dolor de cabeza.
¿En que estamos fallando?
Para los nacidos en los cuarenta y cincuenta el orgullo reiterado esque se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que
tenían que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron
limpiabotas y repartidores de diarios; otros llevábamos altaller de
costura la ropa que elaboraba nuestra madre o teníamos un pequeño
salario en la Iglesia en donde ayudábamos a oficiar la Misa cada
madrugada. Lo que le pasó a nuestra generación es queelaboramos un discurso que no dio resultado: '¡Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo
pasé!'.
Nunca conocieron la escasez, se criaron desperdiciando, a los 10 años
ya habían ido a...
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