El sector microempresarial en sí, no es un problema, en absoluto, muy por el contrario, la experiencia internacional, en países como Italia, Francia o Dinamarca donde el Estado y el sector privado sehan preocupado especialmente de este sector, apoyando no solo a través de la entrega de microcréditos sino también en el fortalecimiento de las redes de apoyo y distribución de los productos de estasmicroempresas. De lo anterior se desprende entonces, que el problema real son las condiciones y las oportunidades desiguales en las cuales estas empresas compiten en relación con las pequeñas,medianas y grandes empresas, desigualdades que van desde el más elevado costo de las materias primas, insumos y/o productos, hasta las políticas reglamentarias de las entidades financieras que definen elmarco para las operaciones comerciales representan grandes obstáculos al desarrollo de este sector, y las microempresas que logran acceder al sistema financiero deben asumir altísimas tasas de interés,por ser según estas entidades, operaciones de alto riesgo, aunque lo contrario haya sido comprobado.
Las microempresas, especialmente las ligadas al sector informal, han experimentado una apreciableexpansión después de la crisis de 1982, así como en la crisis asiática de finales de los ’90. Según Marshall y Fuentealba (1989), las determinantes de este fenómeno son el deterioro de los niveles deingreso, el incremento de las tasas de desempleo, y la adopción de un modelo económico que privilegia la iniciativa individual, aún en condiciones de altos niveles de pobreza y fuertes diferencias enla productividad de los factores. En cuanto al empleo, siguiendo con los mismos autores, la baja capacidad de la industria para generar empleos estables, contrasta con el sector microempresarial, elcual muestra una elevada capacidad de generación de puestos laborales.
Las pequeñas y microempresas juegan un papel importante en la economía, generando empleo, contribuyendo al crecimiento...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.