vaticano II y la crisis de la modernidad

INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS TEOLÓGICOS ISET JUAN XXIII
“VATICANO II. GS Y LA CRISIS DE LA MODERNIDAD”
Introducción a la Filosofía
Prof:: RASCHID RABI

ALUMNO:
CALDERÓN HUAMÁN, Saúl Jhony.








07/06/2013



«VATICANO II. GS Y LA CRISIS DE LA MODERNIDAD”
Miguel Cruzado sj.



1. El cristianismo del concilio y la crisis moderna.
Lo que busca el concilio esidentificar los desequilibrios de la modernidad. Surge en el hombre un desequilibrio entre la inteligencia práctica moderna y una forma de conocimiento teórico que no es satisfactorio. También brota un desequilibrio entre la especialización profesional y la visión general de las cosas. Todos estos desequilibrios podrían llevar al mundo moderno a serle infiel a su mismo pensamiento humanista yliberador.
El Concilio también nos recuerda que se puede encontrar rumbos de reconciliación consigo mismo. Propone juzgar bajo la luz de los valores. Dios ha dado al hombre una bondad extraordinaria; pero, a causa de la corrupción de su corazón, sufren desviaciones de su ordenación. Es por eso que necesita purificarse.
Charles Taylor en “El malestar de la modernidad”, presenta ordenar las desviacionescontrarias a su debida ordenación. Es decir no algo distinto a la modernidad, sino un orden debido, de acuerdo a lo que le es propio.

1.1. El individualismo y la pérdida de sentido, la realidad del “sujeto”:
El individualismo es un rasgo o malestar moderno. Los Sujetos que no tienen finalidades se centran más en su propio yo y se olvidan de los otros o de sus comunidades a las quepertenecen. La pérdida de la finalidad parece haber reducido nuestras vidas. En este tiempo el ser humano no es feliz.
El filósofo de la teoría del pensamiento complejo, Edgar Morin, afirma que nos creemos civilizados, sin embargo, la barbarie se está apoderando de nosotros, que nuestras vidas están degradadas y contaminadas por la lamentable relación que tenemos entre individuos, sexos, clases y pueblos.La ceguera de uno mismo y los demás, la incomprensión de lo lejano y también de lo próximo, el dinero y el afán de lucro son lo que no nos ayudan en nuestra interrelación. “Antiguamente lo que tenía valor no tenía precio; hoy lo que no tiene precio no tiene valor” (P Viveret)”.
La civilización que ha prometido la felicidad y el bienestar solo ha provocado malestar en nuestras vidas llevándonosa la tristeza, el abandono y la soledad que buscan consuelo en el consumismo.

El sujeto debería estar en el centro de la promesa de la modernidad, sin embargo no sentimos que nos esté fortaleciendo ni en nosotros mismos, ni en nuestra capacidad, ni en la relación con los otros.
El teólogo J. Baptista Metz llega a afirmar que “la muerte de Dios” se puede entender como “la muerte del serhumano”. Una visión del mundo desprovista de fines que no solo derroca religiones sino también al ser humano. El hombre debería ser: autónomo, libre de sentidos heredados, sobre todo, capaz de tomar opciones sobre su vida misma y la de su sociedad.
La modernidad al fortalecer al sujeto en su libertad lo desvinculó de la realidad del misterio de Dios, pero, ¿era necesario que fuese así?
El Concilioconstata este malestar moderno y ofrece la memoria de la tradición cristiana al sujeto: que se escucha a sí mismo, que es capaz de abrirse a la trascendencia desde sí mismo, que se reconocen en sociedad y solidaridad con otros sujetos. Se teme que el hombre crea que se basta a sí mismo y se olvide de lo trascendente.
El ser humano autónomo como ser racional y relacional, no necesita desligarse delmisterio de Dios. No necesita reducir su vida a lo conocido. El ser humano autónomo no necesita ratificar su ser y su identidad a la razón o la economía.
El hombre no fue creado por Dios para que viva aisladamente, sino, para formar sociedad. Dios no eligió al hombre solo individualmente sino también como comunidad
San Agustín nos hace ver al Sujeto como ventana que permite el acceso a lo...