Veganismo en el anarquismo
En el país donde vivo se da una curiosidad que, como muchas curiosidades, contiene horror: la frecuencia de hallar tiendas de artículos para animales €œde compañía€ que, además de venderle a una esos animales -como en el resto del mundo, y con la misma profesionalidad con que se vende una batidora o un juego de naipes, aunque sin instrucciones de uso-, se dispensantambién enseres y artículos para practicar la pesca. Todo, como se ve, relacionado con los animales, la naturaleza, la ecología...
Lo que pudiera parecer una rasgo nacional anecdótico, revela por el contrario, mucho más de lo que aparenta. Esa paradoja de facilitar artículos de amor y artículos de odio en el mismo centro no informa sino que estos son los dos materiales con los que tratamos alos animales. Repito: €œtratamos€, en lugar de relacionarnos con ellos los €œtratamos€, les aplicamos un €œtrato especial€, como decían los mandos de las SS acerca de las judías. Porque nuestro encuentro con el resto de las especies se basa en la posesión, en lugar de la equidistancia o el razonable interactuar. Y sobre posesión va hoy el tema. Y sobre dominación.
Este texto queríadedicarlo a las personas que se consideran anarquistas, tan anarkas como yo y que, como servidora -de nadie-, entienden que el ser humano puede y debe ser libre de toda atadura.
El anarquismo, según reza el diccionario, es una opción política, además de ( desvirtuándolo como suele hacer el diccionario con las palabras ), una tendencia inmoderada al caos y al barullo. Al márgen de estas gratuitasdefiniciones, tan populares como pseudofascistas, a nadie se le escapa, sin embargo, que, sumado a un ejercicio de libertad, el anarquismo se substrata no sólo en la libertad individual, sinó en la colectiva, en la capacidad y responsabilidad de que nuestro libre albedrío no supedite el desarrollo de la libertad legítima de las demás, asimismo que no condicione la dignidad de nuestras congéneres (ni, por supuesto la nuestra ), y no atente contra la vida. La vida es muy importante para las anarquistas de hoy día, que ya no vamos poniendo bombas a troche y moche, aunque motivos para ello y para más los haya en abundancia. El anarquismo, pues, es también una opción cultural, económica, emocional, intelectual y social, no sólo política.
El respeto por la vida, la libertad y la dignidad,en este orden, son la base del anarquismo, de un anarquismo que pretenda construcción y no solamente destrucción, aunque destruir sea en ocasiones preciso para construir, porque no se puede edificar nada sólido sobre los cimientos podridos de una estructura débil y deforme como la que sostiene la vicializacion -..., ! uy, perdón ¡: la civilización- actual.
Si se quiere construir algo nuevo,tiene que ser algo realmente nuevo, algo que no comulgue con los residuos anteriores. En lugar de una centralización de los gobiernos, la descentralización, la autogestión de los territorios para no masificar las decisiones, la horizontalidad del poder, el intercambio de servicios y artículos para destronar al papel moneda, la erradicación de las desigualdades sociales, la interrelación profundaentre las individuas de cada comunidad, la implicación social, y, por supuesto, la abolición de la esclavitud, ya sea entre seres humanos o contra el resto de los animales. No puede hablarse de anarquismo sin hablar de exoneración de la dominación de una clase social sobre otra ( clasismo ), de un sexo sobre otro ( machismo o hembrismo ) de una raza sobre cualquier otra ( racismo ), o de una especiesobre otra ( especismo ). Sin el cumplimiento del compromiso de abolición incondicional de los mecanismos de exclusión que el sistema ha diseñado desde hace miles ( en algunos casos millones ), de años, no puede plantearse una sociedad, un mundo, totalmente nuevos, totalmente justos.
En el Estado Español una parte importante del anarquismo se come a los animales, algunas anarquistas de la...
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