Veinticuatro formas de matar al Fuhrer Obra completa



VEINTICUATRO
FORMAS DE
MATAR AL
FÜHRER





PRÓLOGO

FRANK.- Esta es una historia ficticia. Una historia ficticia que pudo haber sido real. Una historia en la que reflejamos ciertas vidas que, aunque no concretamente las que mostramos, fueron reales en su momento. Fueron criadas, malnutridas, subdesarrolladas a causa de la catástrofe y, finalmente, exterminadas. Esta es una historia nacidadel sufrimiento de todos aquellos que desearon acabar con su situación, con lo que vivía “por encima” de ellos y, en ciertos casos, con su propia vida. Este es un canto más a todas esas historias que se perdieron en diarios, en gritos desgarrados, en millones de miradas y en las uñas de alguien arañando con desesperación la pared de una ducha. Esto es una historia más, pero no es un cuentocualquiera. Simplemente porque nosotros no hemos querido mostrar cómo fue la historia real; no hemos querido mostrar la verdadera cara. Hemos querido mostrar, crear y representar, no cómo ocurrió la historia, sino cómo, en cierto modo, debería haber ocurrido. Esta es la historia de la mujer más importante de mi vida. Desde poco después de conocerla, supe que iba a darle un vuelco completo a todolo que había sido mi vida hasta entonces… y así lo hizo. Una mujer que cambiaría el rumbo de mi existencia para siempre. Una existencia sin fundamento y trascendencia se convertiría en poco tiempo en una solución a uno de los mayores problemas de la humanidad. Porque lo que sobra puede ignorarse, pero lo que nos hace sufrir es mejor eliminarlo.

ESCENA I

(Casa de ERIKA. Un caballete, unarmario y una mesa con dos sillas donde está sentada ella.)

ERIKA.- El otro día salí con Audrey. Me pone un poco nerviosa a veces, pero también me transmite cierta paz. Te habría sorprendido ver cómo a tu hermana la piropeaba un par de chicos por la calle. Audrey se quedó atónita, nunca había visto una escena así. Y yo tampoco estoy acostumbrada, no soy gran cosa y paso tanto tiempo encerradadelante del lienzo que se me ha olvidado lo que significa el término “hombre”. Si me viera la abuela me pegaría en el cogote y diría: “¡Espabila, que te vas a morir sola!”. Y no le quitaría razón, creo que porque me he acostumbrado a estar sola estos meses y ya la soledad no resulta ningún lastre. La abuela... No sabes cuánto extraño el aire limpio de las montañas donde vivía la abuela. Ese aireque quisiera poder materializar en esta carta, que no sé a dónde enviarte.


ESCENA II

(Entra FRANK, con un sombrero, gabardina y maletín.)

FRANK.- Buenos días.
ERIKA.- Buenos días. Pasa, por favor.

(FRANK entra y cierra la puerta. Antes de soltar el maletín sobre la mesa, se detiene al ver el cuadro.)

FRANK.- Vaya, te veo muy patriótica
ERIKA.- Es un encargo.
FRANK.- ¿Quién te ha pagado losuficiente como para que lo hagas?
ERIKA.- Tampoco hace falta que me paguen mucho. (Pausa) Audrey.
FRANK.- Ah, esa amiga tuya, ¿no? La rubia. Tiene toda la pinta de tener cuatro como este ya colgados en la pared. Disculpa el atrevimiento, Erika, pero siempre he pensado que está loca de remate.
ERIKA.- (Le entrega su cuadro) Aquí tienes.
FRANK.- Es precioso. Me encanta, Erika. Muchísimasgracias.
ERIKA.- A ti.
FRANK.- Te pagué por adelantado, ¿no?
ERIKA.- Como siempre.
FRANK.- Llevo casi tres años pagándote por adelantado y nunca me acuerdo de haberlo hecho. Pero no intentes estafarme, sí recuerdo haberte pagado el del atardecer. ¿Cómo va?
ERIKA.- Casi acabado. Quizás puedas recogerlo mañana.
FRANK.- Estupendo. Vendré mañana, entonces.
ERIKA.- ¿Te apetece tomar algo?
FRANK.- No, gracias.(Silencio) ¿Se sabe algo de tu hermano?
ERIKA.- Nada… aún nada. Audrey y yo pensamos que han podido secuestrarlo los soviéticos... pero es sólo una mera hipótesis. No podemos dar nada por hecho.
FRANK.- ¿Cuánto hace?
ERIKA.- Antes de ayer hizo cinco meses.
FRANK.- No te derrumbes. Aparecerá y en el fondo lo sabes.
ERIKA.- Cort es lo único que me queda de mi familia y no sé ni siquiera si...