Venas Abiertas
El tiempo enque Casa edita nuevamente Las venas abiertas de América Latina no es, a primera vista, un tiempo propicio. En nuestro continente se consumaron los genocidios, y después se ha consumido la democracia.El resultado es abrumador: el 42% de la población vive por debajo del índice de pobreza —la mitad son indigentes—, se desplomó la parte de los trabajadores en el ingreso nacional, el desempleo semultiplicó y se ha hecho crónico, mientras millones de niños trabajan. La cólera fue sustituida por el cólera. Los empresarios y políticos latinoamericanos más modernos han “abierto”, “ajustado” ydesnacionalizado las economías, en su beneficio y el del capitalismo central al que se subordinan. Neoliberalismo, privatización, eficiencia, informalidad, atraer la inversión, globalización, son palabrasclaves. En macroeconomía todo es más solemne, pero igualmente desolador. La década pasada no fue perdida para todos: la transferencia neta al exterior sumó 223 000 millones de dólares. Hoy la regióndebe más de 700 000 millones, y en los años noventa los pagos por servicio de esa deuda suman 850 000 millones. El crecimiento del PIB en los noventa es menos malo que en los ochenta, pero sigue siendoinferior al de los años sesenta-setenta. La única promesa que ha logrado cumplir la democracia es la de celebrar elecciones periódicas.
Con estos párrafos comenzaba este prólogo en 1999, haceexactamente diez años. Situado otra vez ante él por la feliz iniciativa de la Casa de las Américas de volver a editar Las venas…, debo ponerlo al día respecto a la circunstancia, porque en ese lapso ha...
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