Veritatis Splendor
Sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la
Iglesia - 6/8/1993 –
CARTA ENCÍCLICA DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
A TODOS LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA
SOBRE ALGUNAS CUESTIONES FUNDAMENTALES DE LA
ENSEÑANZA MORAL DE LA IGLESIA.
VENERABLES HERMANOS EN EL EPISCOPADO,
SALUD Y BENDICIÓN APOSTÓLICA
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
Jesucristo, luz verdadera que ilumina a todo hombre
Objeto de la presente encíclica
CAPITULO I - "MAESTRO, ¿QUÉ HE DE HACER DE BUENO .....?" (Mt
19,16)
«Se le acercó uno...» (Mt 19, 16)
«Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida
eterna?» (Mt 19, 16)
«Uno solo es el Bueno» (Mt 19, 17)
«Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos» (Mt
19, 17)
«Si quieres serperfecto» (Mt 19, 21)
«Ven, y sígueme» (Mt 19, 21)
«Para Dios todo es posible» (Mt 19, 26)
«He aquí que yo estoy con vosotros todos los días h asta el fin
del mundo» (Mt 28, 20)
CAPITULO II - "NO OS CONFORMEIS A LA MENTALIDAD DE ESTE
MUNDO" (Rom 12,2)
Enseñar lo que es conforme a la sana doctrina (cf. Tt 2, 1)
«Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8, 32)
I. Lalibertad y la ley
«Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás» (Gn 2,
17)
Dios quiso dejar al hombre «en manos de su propio albedrío»
(Si 15, 14)
Dichoso el hombre que se complace en la ley del Señor (cf. Sal
1, 1-2)
«Como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en
su corazón» (Rm 2, 15)
«Pero al principio no fue así» (Mt 19, 8)
II. Conciencia yverdad
El sagrario del hombre
El juicio de la conciencia
Buscar la verdad y el bien
III. La elección fundamental y los comportamientos concretos
«Sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne»
(Gál 5, 13)
Pecado mortal y venial
IV. El acto moral
Teleología y teleologismo
El objeto del acto deliberado
El «mal intrínseco»: no es lícito hacer el mal para lograrel
bien (cf. Rm 3, 8)
CAPITULO III - "PARA NO DESVIRTUAR LA CRUZ DE CRISTO" (1
Cor 1,17)
«Para ser libres nos libertó Cristo» (Ga 5, 1)
Caminar en la luz (cf. 1 Jn 1, 7)
El martirio, exaltación de la santidad inviolable de la ley de
Dios
Las normas morales universales e inmutables al servicio de la
persona y de la sociedad
La moral y la renovación de la vida socialy política
Gracia y obediencia a la ley de Dios
Moral y nueva evangelización
El servicio de los teólogos moralistas
Nuestras responsabilidades como pastores
CONCLUSIÓN
María Madre de misericordia
EL ESPLENDOR DE LA VERDAD brilla en todas las obras del Creador y, de
modo particular, en el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios (cf. Gén 1, 26),
pues la verdad ilumina lainteligencia y modela la libertad del hombre, que de esta
manera es ayudado a conocer y amar al Señor. Por esto el salmista exclama: «¡Alza sobre
nosotros la luz de tu rostro, Señor!» (Sal 4, 7).
INTRODUCCIÓN
JESUCRISTO, LUZ VERDADERA QUE ILUMINA A TODO
HOMBRE
1. Llamados a la salvación mediante la fe en Jesucristo, «luz verdadera que
ilumina a todo hombre» (Jn 1, 9), los hombres llegan aser «luz en el Señor» e «hijos de
la luz» (Ef 5, 8), y se santifican «obedeciendo a la verdad» (1 Pe 1, 22).
Mas esta obediencia no siempre es fácil. Debido al misterioso pecado del
principio, cometido por instigación de Satanás, que es «mentiroso y padre de la mentira»
(Jn 8, 44), el hombre es tentado continuamente a apartar su mirada del Dios vivo y
verdadero y dirigirla a los ídolos (cf. 1Tes 1, 9), cambiando «la verdad de Dios por la
mentira» (Rom 1, 25); de esta manera su capacidad para conocer la verdad queda
ofuscada y debilitada su voluntad para someterse a ella. Y así, abandonándose al
relativismo y al escepticismo (cf. Jn 18, 38), busca una libertad ilusoria fuera de la verdad
misma.
Pero las tinieblas del error o del pecado no pueden eliminar totalmente en el...
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