Versión moderna del quijote cap. ii
El primer libro se titulaba nada menos que “La Isla Misteriosa” del sin par Julio Verne, este era uno de los padres y pioneros de la ciencia ficción, escrito por el segundo autor mas traducido, -y por esas razones debe someterse al fuego-, comento el eclesiástico,-todo lo contrario, esta es una de las obras mas recomendadas y criticadas e oído decir-asintió con desprecio Dalia; -por esa misma razón, que para su iglesia a de ser castigada, en este caso a de ser omitida al gélido fuego-. Continuaron con una exhaustiva exanimación de títulos, unos por disparatados y otros por trillados, se le entregaban a Vernon, el mayordomo de aquel hogar, quien los arrojaba a la sofisticada chimenea de la familia Wilhelm. (Dahl Wilhelm, Evelina Wilhelm, etc.) Daliatambién salvo de la quema obras maestras como lo son “La Guerra de los Mundos”,-una mina de contento y pasatiempos-, agrego Dalia, del sin igual H.G Wells, “Frankenstein” de Mary Shelley, y textos de física teórica como lo es “Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros” del científico británico Stephen Hawking. El Sacerdote no era de mucha utilidad en este encargo tan académico, asíque permaneció en silencio mientras revisaba unas curiosas bagatelas. A continuación Dalia continúo llenando de comentarios,-por su estilo uno de los más valiosos libros del mundo, aquí se muestra la estructura esencial del relato de ciencia ficción, esculpiendo también el modelo de novela que planteaba Julio Verne y otros precursores de este genero, además de crear polémicas nacionales con suslibros-; -Aquí tengo Hyperion de Dan Simmons-, dijo el Sacerdote, -Mi abuelo Amneris, me ha dado a saber de sus amistades con este carismático autor, y sabe mas de desgracias que de historias del futuro-, replico el Sacerdote, este libro es una excepción de ese túmulo de cenizas que reposan a pie del ardiente fuego, porque no cuenta con letras frívolas e inocentes, -interesante argumento-, asintióDalia con una voz escurridiza. En poco tiempo el fuego se retorcía en libros de filosofía y varias ciencias políticas que habían convertido a Dahl en un representante y pensador de ideología Comunista e izquierdista (perteneciente al llamado Partido Socialdemócrata Sueco ), lo cual era ridículo en un país como lo era Suecia donde se gobierna con cetro en una monarquía constitucional. Entre esos...
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