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LAS MIL Y UNA NOCHES
ÍNDICE
Historia del Rey Schahriar y de su Hermano el Rey Schahzaman
Historia del Mercader y el Efrit
Historia del Pescador y el Efrit
Historia del Mandadero y de las Tres Doncellas
Historia de la Mujer Despedazada, de las Tres Manzanas y del Negro Rihán
Historia del Visir Nureddin, de su Hermano el Visir Chamseddin y de Hassán Badreddin
Historia delJorobado, con el Sastre, el Corredor Nazareno, el Intendente y el Médico Judío; lo que de ello resultó, y sus aventuras sucesivamente referidas
Historia de Ghanem Ben-Ayub y de su Hermana Fetnah
Historia de Sindbad el Marino
Historia Prodigiosa de la Ciudad de Bronce
Historia de Aladino y la Lámpara Mágica
Historia de Alí Babá y los Cuarenta Ladrones
¡AQUELLO QUE QUIERA ALAH!
¡EN ELNOMBRE DE ALAH
EL CLEMENTE,
EL MISERICORDIOSO!
QUE LAS LEYENDAS DE LOS ANTIGUOS SEAN UNA LECCIÓN PARA LOS MODERNOS, A FIN DE QUE EL HOMBRE APRENDA EN LOS SUCESOS QUE OCURREN A OTROS QUE NO SON ÉL. ENTONCES RESPETARÁ Y COMPARARÁ CON ATENCIÓN LAS PALABRAS DE LOS PUEBLOS PASADOS Y LO QUE A ÉL LE OCURRA, Y SE REPRIMIRÁ.
POR ESTO ¡GLORIA A QUIEN GUARDA A LOS RELATOS DE LOS PRIME¬ROS COMO LECCIÓNDEDICADA A LOS ÚLTIMOS!
HISTORIA DEL REY SCHAHRIAR Y DE SU HERMANO EL REY SCHAHZAMAN
Cuéntase -pero Alah es más sa¬bio, mas prudente, más poderoso y más benéfico- que en lo que trans¬currió en la antigüedad del tiempo y en lo pasado de la edad, hubo un rey entre los reyes de Sassan, en las islas de la India y de la China. Era dueño de ejércitos y señor de auxi¬lliares de servi-dores y deun séquito numeroso. Tenía dos hijos, y ambos eran heroicos jinetes, pero el mayor va-lía más aún que el menor. El ma¬yor reinó en los países, gobernó con justicia entre los hombres, y por eso le querían los habitantes del país y del reino. Llamábase el rey Schah¬riar. Su hermano, llamado Schahza¬man; era el rey de Samarcanda Al¬-Ajam.
Siguiendo-las cosas el mismo cur¬so, residieron cada uno en supaís, y gobernaron con justicia a sus ovejas durante veinte años. Y llegaron am¬bos hasta el límite del desarrollo y el florecimiento.
No dejaron de ser así, hasta que el mayor sintió vehementes deseos de ver a su hermano. En-tonces ordenó a su visir que partiese y volviese con él. El visir contestó: Escucho y obedezco.
Partió, pues, y llegó felizmente par la gracia de Alah; entró en casa deSchahzaman, le trans-mitió la paz, le dijo que el rey Schahriar deseaba ardientemente verle, y que el objeto de su viaje era invitarle a visitar a su hermano. El rey Schahzaman con¬testo: Escucho y obedezco. Dispu¬so los preparativos de la partida, mandando sacar sus tiendas, sus ca¬mellos y sus mulos, y que saliesen sus servidores y sus auxiliares. Nom¬bró a su visir gobernador del reino ysalió en demanda de las comarcas de su hermano.
Pero a media noche recordó una cosa que había olvidado; volvió a su palacio secretamente y se encaminó a los aposentos de su esposa a quien pensaba encontrar triste y llorando por su ausen-cia. Grande fue, pues, su sorpresa al hallarla departiendo con gran familiaridad con un negro, es-clavo entre los esclavos. Al ver tal desacato, el mundo se obscurecióan¬te sus ojos. Y se dijo: Si ha sobreve¬nido ésto cuando apenas acabo de dejar la ciudad. ¿Cuán sería la con¬ducta de esta esposa si me ausen¬tase algún tiempo para estar con mi hermano? Desenvainó inmediata¬mente el alfanje, y acometiendo a ambos, los dejó muertos sobre los tapices del lecho. Volvió a salir, sin perder una hora ni un instante, y ordenó la marcha de la comitiva. Y viajó denoche hasta avistar la ciu¬dad de su hermano.
Entonces éste se alegró de su pro¬ximidad, salió a su encuentro, y al recibirlo, le deseó la paz. Se regocijó hasta los mayores límites del conten¬to, mandó adornar en honor suyo la ciudad y se puso a hablarle lleno de efusión. Pero el rey Schahzaman recordaba la fragilidad de su esposa, y una nube de tristeza le velaba la faz. Su tez se había puesto...
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