VI. COMPRENDER EL PRESENTE POR EL PAsado
El privilegio de la autointeligibilidad reconocido así al presente se apoya en una serie de extraños postulados.
En primer lugar las condiciones humanashan sufrido el intervalo de una o dos generaciones un cambio no solo muy rápido sino también total, como si ninguna institución un poco antigua, ninguna manera tradicional de actuar hubiera podidoescapar a las revoluciones del laboratorio o de la fabrica. Eso es olvidar la fuerza de inercia propia de tantas creencias sociales El hombre pasa la vida construyendo mecanismos de lo que hoy seconstituye en prisionero más o menos voluntario.
Para que una sociedad, cualquiera que sea, pueda ser determinada enteramente por el momento inmediatamente anterior al que vive, no le bastaría unaestructura
Tan perfectamente adaptable al cambio que en verdad, carecería de osamenta. Seria necesario que los cambios entre las generaciones ocurriesen sólo, si se me permite hablar así, a manera de filaindia: Los hijos sin otro contacto con sus antepasados que por mediación de sus padres. y hoy o que deba producirse mañana, es algo que interesa al geólogo, por que la geología es a su manera unadisciplina histórica, mas deja el físico perfectamente impávido. En cambio a ningún historiador le bastara comprobar que Cesar necesito ocho años para conquistar la Galia; que Lutero necesito quince añospara que del novicio ortodoxo de Erfurt saliera el reformador de Wittemberg.
Ahora bien este tiempo verdadero es, por su propia naturaleza, un continuo. Es también cambio perpetuo. De la antitesis deestos dos atributos provienen los grandes problemas de la investigación histórica. Este antes, antes que otro alguno, pues, pone, en tale de juicio, hasta la razón de nuestros trabajos.
IV. EL IDOLODE LOS ORIGENES
Nunca es malo comenzar con un mea culpa. Naturalmente para los hombres que hacen del pasado el principal tema de investigación, la explicación de lo más próximo por lo más lejano...
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