via crucis
Señor mío Jesucristo, que me invitas a tomar la Cruz y seguirte, caminando Tú delante para darme ejemplo, ilumina mi alma con la luz de tu gracia para que pueda meditar fructuosamente tus pasos dolorosos y aprenda a seguirte con decisión y coraje.
Madre de los Dolores, inspíranos los sentimientos de amor con que acompañaste en este camino de amargura a tu divino Hijo.Amén.
Primera estación:
“Jesús condenado a muerte”
Está el injusto juez sentado en el tribunal, y a sus pies el Hijo de Dios, juez de vivos y muertos, las manos atadas como un delincuente, oyendo serenamente su sentencia de condenación. ¡Jesús mío querido! ¡Tú, autor de la vida, condenado a muerte! ¡Tú, inocencia y santidad, condenado a una muerte humillante, como el último malhechor! Quéamor tan grande el tuyo y qué ingratitud tan grande la mía, pues te condeno de nuevo cada día. Y ¿por qué? ¡Por seguir una mala inclinación, un interés mezquino o el temor a lo que digan los otros!
Perdóname, Jesús mío, y por ese tribunal injusto que soportaste, no permitas que caiga un día sobre mí la sentencia de muerte eterna, que merecían mis pecados.
Segunda estación:
“Sale Jesús con lacruz a cuestas”
¡Y quieres, inocente Jesús mío, llevar Tú mismo, como otro Isaac, el instrumento del suplicio! ¡Estás exhausto de fuerzas! ¡Tus espaldas y hombros están doloridos y rasgados por los azotes! ¡La cruz es larga y pesada! Y cuánto no acrecientan todavía su peso mis iniquidades y las de todo el mundo... Sin embargo, la aceptas, y besándola la abrazas y llevas decididamente por mi amor.Y yo, pecador, ¿aborreceré la ligera cruz que Dios me envía? ¿Pretenderé yo ir al cielo por los deleites y comodidades, yendo allá el inocentísimo Jesús por el dramático camino de la cruz?
Reconozco mi engaño, Salvador mío; envíame penas y tribulaciones, que resuelto estoy a sufrirlas con resignación y alegría, por amor de un Dios que tanto padeció por mí.
Tercera estación:
“Jesús cae laprimera vez”
No es extraño, Jesús mío, que sucumbas rendido al enorme peso de la cruz. Lo que me estremece es ver la inhumanidad con que te tratan. Hasta los mismos animales inspiran más compasión. Pero cae el Rey de los cielos y la tierra, quien sostiene el universo, y tus verdugos no se conmueven. Hay una malicia e insensibilidad que no parece humana, parece diabólica...
¿Y qué hacías, en quépensabas entonces, Señor?. En ti pensaba, pecador, por ti sufría con paciencia lo que tú habías merecido. Para librarte de tus pecados he querido pasar estos momentos de dolor e ignominia. ¿No estás todavía satisfecho? ¿Quieres aún que continúe este camino que ya se me ha hecho tan largo? Aquí me tienes.
¡No, Jesús mío, no!; antes morir que volver a ofenderte.
Cuarta estación:
“Jesús encuentra asu Madre”
¿Qué sentiste, Madre de dolores, al ver aquél espectáculo? Se ha dado sentencia de muerte sobre tu Hijo, los amigos lo han dejado solo y lo siguen a distancia, una multitud que se pliega a las burlas, injurias y blasfemias. Tu Hijo entre dos malhechores y la guardia romana. Cuando adolescente, perdido, lo buscaste con angustia, pero lo encontraste sano y salvo en el Templo. Ahora telo llevan al sacrificio como a un cordero. ¡Qué distinto será! ¿Lo conoces, Madre? ¿Es ése tu Hijo, tu fiel reflejo, el más hermoso de los hijos de los hombres? ¿Es éste el esplendor de la gloria del Padre, la admiración de los ángeles? ¡Cómo ha cambiado todo! Ya no están los reyes ni los pastores ni los ángeles que celebraron su venida con himnos de alabanza. Ahora hay sudor y sangre en su rostroque no puedo secar y esa corona de espinas que no puedo quitarle...
¡María, mujer afligida entre todas las mujeres! ¡María, la del corazón y del amor inmaculado, tu dolor es tan grande como tu amor! ¡Qué serena fortaleza te da la unión a Dios! ¡Oh Jesús! ¡Oh María! Perdonad al verdadero causante de tanta aflicción y nunca me dejéis en el camino de mi cruz.
Quinta estación:
“Jesús ayudado por...
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