VIAJE DEFINITIVO 2

13. Sintonización fina
Conocer bien el propio vehículo es una gran ventaja, sobre todo si uno se dispone a viajar a un lugar con pocas áreas de servicio. Mis nuevos conocimientos sobre mi vehículo Yo-Allí me permitieron aumentar mi confianza. Lo extraordinario es que hubiera llegado tan lejos sin detenerme a pensar cómo funcionaba. Por una misteriosa razón, en esta ocasión la curiosidad de mihemisferio cerebral izquierdo me había fallado.
Sin embargo, estos conocimientos produjeron un profundo cambio en mi Visión de Conjunto Diferente. Había muchas potencialidades de las que no era consciente, pero también múltiples responsabilidades y limitaciones que me resistía a aceptar. La responsabilidad fundamental era que este yo, entre los muchos que componían mi Yo-Allí, debía ofrecer unarespuesta o solución importante. Aunque me habían dicho que conocía la pregunta y que me hallaba en condiciones de responderla, el concepto general aún me parecía muy vago.
Mis nuevos conocimientos produjeron cambios. Ya no me preocupaban mis actividades durante el sueño, tanto si las recordaba como si no. Ahora, cuando me relajaba y cambiaba de fase para entrar en el sueño, mi CEJ se hacía cargo ytrabajábamos juntos. Nuestra tarea consistía, en su mayor parte, en ayudar y recuperar a personas después de su muerte física. En esas ocasiones, nos convertíamos en lo que se esperaba de nosotros: padre, madre, amigo o incluso en algún «ser celestial». Aquellos que no formaban parte de nuestro grupo de Yo-Allí se escapaban y desaparecían en los Territorios del Sistema de Creencias. En tales casos,ayudábamos cortésmente a los que, por cualquier razón, no eran recibidos por un representante de su propio Yo-Allí o a quienes se habían desviado de los puntos de entrada de un sistema de creencias en particular. Pronto me fui acostumbrando a las desapariciones. Al igual que el adicto al sexo, muchos seres cambiaban de fase cuando nos topábamos con una radiación afín a la suya.
La misión principalde mi Yo-Allí consistía en recoger a antiguos habitantes de la Tierra que habían sido atrapados por las adicciones del Sistema de Vida en la Tierra o por diversos sistemas de creencias hasta el punto de que la esencia de su personalidad resultaba inalcanzable. Cuando la Mente Humana individual conseguía romper las cadenas de la creencia o encontraba una grieta en el sistema, uno de los miembrosde nuestro Yo-Allí acudía a recuperarlo. El tiempo no era un factor importante, pero estos «rescates» ocurrían en el estadio que calificaríamos de «pasado».
La colaboración es una constante en todos los miembros del Yo-Allí. Dicha colaboración supone la inserción de ideas, pensamientos e incluso estímulos físicos en la vida física de otros residentes del Sistema de Vida en la Tierra. Durante esteproceso, advertí que todos recibimos ayuda sin percibirla o cuestionarla. Una vez más, esa ayuda no está limitada por nuestro concepto del tiempo. Nunca se realiza a la fuerza, sino que responde a una solicitud, a una señal que en muchos sistemas de creencias podría traducirse como una plegaria.
Comencé a participar en esas tareas junto con las conciencias de mi Yo-Aquí. En respuesta a mi propiopedido, los estímulos de aprendizaje continuaron para que pudiera comprender cada situación concreta. Tanto la duración de estos procesos como la posibilidad de que los recordara cuando ocurrían durante el «sueño» eran detalles irrelevantes.
Me resultó difícil hacerme a la idea de que mi Yo-Allí no era un coche de carreras, sino una especie de autobús o nave espacial con un universo propio. Comencéa verme como el tripulante de una lanzadera o de una cápsula de exploración que trabajaba para la nave madre.
Durante las horas de vigilia, el contacto con mi Yo-Allí es inmediato. Me basta con pensar en mi cej e indicar lo que deseo. En el acto, aparecen en mi conciencia evocaciones de hechos o situaciones similares de existencias pasadas. Algunas son muy profundas; otras lo bastante estúpidas...