viangely

Páginas: 9 (2200 palabras) Publicado: 2 de febrero de 2014








María Inés











1er año “A”
Escuela Ramón Zapata.
María Inés era una niña hilandera de sus sueños tejedora de afectos, que vivía en una ciudad apacible donde casi todos sus habitantes se conocían y donde las señoras por la mañana llenaban de diálogos las calles polvorientas.
Por las tardes, después de hacer tareas, María Inés, jugaba con sus amigas,en el medio de la calle. Primero era la porfía para ponerse de acuerdo en el juego:
- Juguemos a “La Candelita” –Decía una de las amigas de María Inés.
- ¡No!...¡No! –Decía otra, a “Doña Ana”
- Mejor,, proponía otra, juguemos a “ El ángel bueno y el ángel malo”
Casi siempre se decidían por “La Candelita” y de nuevo surgía el desacuerdo:
¡Yo la pido!...¡Yo la pido! -Gritaba lamás alta del grupo.
¡No!...¡No!...¡La pido yo! -Decías María Inés.
Cuando al fin las voces infantiles alegraban el vecindario y estaba el juego en su mejor momento, llegaba la hora de cenar.
¡Niñas!... ¡Vengan a comer! Y las manos deshacían las rondas y la esperanza del “mañana jugamos” mantenía la alegría.
La vida seguía en aquella ciudad tranquila, que tenía tranvías para unir susextremos, teatros y calles limpias sombreadas por viejos camorucos. Cerros llenos de “Pata de ratón” y un río, guardador de romances.
El pito de las fábricas anunciaba la hora de ir a la escuela o la retirada de los jóvenes de las esquinas con nombres: “La estrella”, “La dalia azul”, “El retén”.
María Inés siguió viviendo en la ciudad que iba creciendo como ella y ya no se asombraba porque la lluvia arrastrara la tierra roja de los cerros hacia las calles asfaltabas.
La era familiar, casi miro, aquel hombrecito sucio y sin dientes quien, con un palo sobre sus hombres corría detrás de los muchachos que gritaban ¡Casimiro!... ¡Casimiro!... ¡Te caigo a tiros!... Ya Mará Inés, no sentía al verlo, ese miedo enfermizo que le hacía saltar el corazón.
La niña de tez pálida ymirada de lejanía, fue creciendo igual que la ciudad: las fabricas, como eran muchas, las llevaron lejos para evitar contaminación y por ser modernas, ya no lanzaban sus pitos al aire: no habían pitos al aire: no habían pitos de fabrica en la cuidad. Los teatros, por pequeños, los demolieron, y construyeron salones lujosos e impersonales. Las iglesias, se hicieron modernas, con estructura fría decemento pero mejor ventilada. La calle blanda tierra roja, donde María Inés jugaba, se volvió asfalto negro y duro. Desaparecieron los juegos por la tarde. El río se volvió sucio e inmóvil y al no correr sus aguas libremente tomó un olor extraño.
Todos estos cambios provocaron alarma entre los habitantes de la cuidad y las tristeza que María Inés veía reflejada en sus conversaciones, hizopensar a la niña la necesidad de buscar ayuda. –Pero… ¿Dónde?...
La imaginación de la niña voló hacia los cuentos que acostumbraba leer y “Duendecitos” que arreglaban todo y se dijo: -¡Voy a buscar un duende!... –Pero… ¿Pero dónde puedo encontrarlo? –Lo Buscare entre los colores del arco iris, o en el viento que sopla de la montaña. –Lo llamare desde mi ventana y por las noches y por las nochesbuscare sus ojos entre los luceros.
En ocasiones, María Inés gritaba: -Por favor, ¡Ayúdenme a encontrar un duende! Su voz se dirigía hacia los pájaros, las nubes o al viento: “Por favor, ¡Ayúdenme a encontrar un duende!”. El eco repetía su voz en las verdes colinas.
María Inés, quería contarle al duende lo que pasaba en su ciudad y pedirle ayuda para que el río no se secara, para quelas calles se conservaran limpias, los adultos sonrieran a menudo y los niños volvieran a formar rondas a la hora de acaso.
Era tan grande el deseo de María Inés, por encontrar el duende, que un día se escapo con la brisa y llego a la montaña. Allí , Entre azules y violeta, divisó al duende que buscaba: era un simpático personaje. Se intereso de inmediato en lo que decía María Inés y prometió...
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