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¿Sabes amar? No seas ‘rencorista’
[El que ama como Dios ama y ordena amar al prójimo] no es rencoroso. 1 Corintios 13.5d dicen ‘no guarda rencor’.
Otras versiones dicen que el que sabe amar ‘no se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho’ (TLA); ‘no lleva cuenta de las ofensas’ (PDT); ‘no registra las ofensas’ (NTV); ‘no toma en cuenta el mal recibido’ (NBLH); o ‘no piensa elmal’ (RVA).
La receta de Dios a Pablo para sus discípulos en Corintios fue: ‘borrón y cuenta nueva’. Eso es lo que Dios hace cuando aceptas a Cristo como Rey y Salvador de tu vida. Borra todos tus pecados pasados, presentes y futuros. Te los arroja al fondo del mar para librarte de la pena de muerte. Ni Dios, ni Cristo, ni el Espíritu Santo son ‘rencoristas.’ No piensan en el mal que hiciste. Con tuconversión te registran en el Libro de la Vida, donde no hay cuenta de tus ofensas a Dios. ¡Qué fabuloso regalo!
De acuerdo. No es correcto decir ‘rencorista.’ Lo gramaticalmente apropiado es decir ‘rencorosa.’ Pero para todo hay siempre una explicación y ‘rencorista’ tiene una muy personal para nosotros.
Cuando Maridel y y yo nos casamos estábamos bien pelaos. Nos mudamos a Miami para yoestudiar para la reválida de abogados en Florida. Todo lo que teníamos eran los chavitos que nos regalaron el día de la boda. Un lejano pariente nos consiguió un ‘apartamentico’ en medio del cubano pobre en Hialeah. Era como la mitad de una suite en un Embassy en el patio de una casa.
Nuestros arrendadores fueron bien hospitalarios con la parejita de recién casados. Pero no todo era color rosa. Él tuvouna amante. Ella se enteró. Dejó a la otra y siguieron juntos. Pero ella quedó profundamente herida. Del saque nos dejó saber que ella era una ‘rencorista.’ No perdía oportunidad de recordárselo a él delante de todo el que pudiera. La infidelidad es el enemigo número uno del pacto matrimonial. Hay muchas formas de serle infiel a tu cónyuge y eso será objeto de otra serie de reflexiones futuras.Por ahora, basta recalcar que ella era incapaz de perdonar la infidelidad del esposo. No tenía paz. Sólo guardaba rencor. Rehusaba olvidar la ofensa del marido infiel. Era ‘rencorista’ y punto. Su rencor era el castigo que él debía sufrir por su transgresión. Ojo por ojo. Sin tregua. No sabía o quería amar. Eventualmente, el ácido del rencor desvaneció todo lazo de amor que hubo entre ellos y sedivorciaron.
Maridely tenía 18 años. Pero siempre ha sido más sabia que su más ‘experimentado’ marido. Me compartió un mandamiento de Dios la primera noche que vimos a la ‘rencorista’ en acción. Lo hemos aplicado a nuestra relación matrimonial desde entonces. Bajo ninguna circunstancia nos acostamos molestos por cualquier ofensa que uno le haga al otro. (Léase, las que yo le haga a ella porque a míse me olvida las que ella me hace escasos minutos después.) No íbamos a ser unos ‘rencoristas’ como nuestra casera. El ofendido lo ventilaría con el ofensor antes de irnos a dormir. El ofensor pediría perdón y se arrepentiría. El ofendido perdonaría y olvidaría la ofensa. Nada de ‘rencorismos’ entre nosotros. Borrón y cuenta nueva. Kissy-kissy y gloria a Dios por lo que pasaba después. A dormir enpaz. Sin guardar rencor. Ha funcionado por treinta-y-tantos años que llevamos casados.
La infidelidad conyugal destruye la autoestima del cónyuge inocente. Esa injusticia demanda una restitución que sólo el Espíritu Santo pueda dar a un cristiano. No es posible perdonar a menos que tengamos el amor de Cristo en nuestro corazón. No es posible olvidar hasta entender la Verdad de Dios. Nuestrasofensas serán perdonadas en la medida en que perdonemos a nuestros ofensores. Yo no voy a tirar por la borda mi regalo de vida eterna por aferrarme a recordar una ofensa que Dios me ordena olvidar. A no tomar en cuenta. A no guardar rencor. Su llamado es que no seas ‘rencorista.’ Obedece.
Admito que no es fácil. Muchos hombres tienen la facultad de poder discutir acaloradamente. Pero cuando la...