Victor Frankl
El prisionero 119.104 vendidos como esclavos por tan solo unos cigarrillos, el privilegio de fumarlos o cambiarlos por mas comida. Tal erasu valor que solo los capos tenían el privilegio de fumar cigarrillos. Sin embargo es la experiencia lo que me atrae a describir la naturaleza exacta de estos hechos enaquellos campos y el punto de vista de prisioneros supervivientes asi como la psicología. La segunda guerra mundial enriquecio nuestros conocimientos sobre la “psicopatología de lasmasas”, al regalarnos la guerra de nervios y la viviencia única e inolvidable d elos campos de concentración.
El primer síntoma o fase es el SHOCK. Se puede incluso preceder ala admisión formal del prisionero en el campo. Estación auschwitz, el nombre que evocaba todo lo hay de horrible en el mundo: cámaras de gas, hornos crematorios, matanzasindiscriminadas en un tren que avanzaba muy despacio, se diría que estaba indeciso, como si quisiera evitar a sus pasajeros cuanto fuera posible, la atroz contaminación y elsilencio inicial interrumpido por voces ásperas y chillonas una y otra vez en todos los campos, los últimos gritos de las víctimas. La ilusión del adulto y las drogas a la demandabajo las circunstancias donde en un instante uno puedo convertirse de ejecutor a víctima.
La vida en el campo es sufrimiento y muerte lleno de insultos, hambre y sueños quepermiten valorar cada actividad grande o pequeña que te permite mantenerte con vida dejando a un lado todo para tener un tiempo y huir a tu interior con tanta añoranza y fuerza.
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