Victor Jara, un retrato de fragmentos

Víctor Jara
un retrato en fragmentos
A treinta años de la muerte de Víctor Jara, los españoles Omar Jurado y Juan Miguel Morales, emprendieron la tarea de narrar la vida del artista a partir de una colección de 46 testimonios y un centenar de fotografías. El resultado es un cuidado, atractivo e imprescindible volumen, editado por Lom, que lleva por título "El Chile de Víctor Jara".Dispuestos de manera cronológica, el libro recoge los recuerdos de profesores, amigos de infancia, familiares, gente del teatro, de la música popular, y también de aquellas personas anónimas que de una u otra forma estuvieron vinculadas al artista. Es un gran retrato construido a partir de la memoria de muchos, que entrega datos inéditos de la personalidad de Víctor Jara, y que de paso da cuenta de sulegado y su presencia en el Chile de hoy.
1. "Nos decían chiquillos ¿les canto?"
2. "El día a día era la gran preocupación de Víctor"
3. "Víctor Jara fue un día a nuestra casa"
4. "Al entrar al Estadio, un militar lo reconoció"
5. "Joan estaba inquieta, yo le llevaba la peor noticia de su vida"
6. "Les hice el test de ácido a Syd y a Víctor"

Julio Morgado
Amigo de la infancia de VíctorJara en la Población Nogales
1. "Nos decían chiquillos ¿les canto?"


Nos conocimos en la escuela primaria, en 1946, en el Liceo Ruiz-Tagle, cuando él ya vivía en Santiago con su familia.
Víctor era muy buen alumno, yo era más flojo. Él era excelente, de los primeros del curso. Además, no tenía problemas de convivencia. A mí siempre me aconsejaba que aprendiera, que estudiara, nomás.
En lacalle Jotabeche creamos un grupo de amigos entre los que íbamos juntos al colegio o vivíamos por allí. Pasábamos el rato en la cancha de fútbol o nos reuníamos en alguna plaza. A Víctor ya le gustaba mucho cantar. A veces nos decía "chiquillos ¿les canto?" y cogía el palo de una escoba, haciendo ver que era una guitarra, y se ponía a cantar canciones de Lucho Gatica o cuecas del folcklore chileno.Cuando Víctor dejó de estudiar para ser sacerdote, y tras el servicio militar, recuerdo que vino para la casa buscando amparo. (...) Al saber su situación, mi papá le dijo que se quedara allí todo el tiempo que necesitara. Mi padre y Víctor tenían una buena relación, conversaban mucho. Víctor le contó que quería ganarse la vida con su trabajo y dar un rumbo diferente a su vida. Mi papá,entonces, le encontró trabajo en una mueblería, como vendedor de muebles. Allí estuvo tres meses, más o menos, y después fue al centro de Santiago a buscarse la vida. Lo próximo que supimos de él es que estaba en el coro de la Universidad de Chile, cantando.









Nelson Villagra
Actor y amigo de Víctor Jara desde la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile
2. "El día a día era la granpreocupación de Víctor"


Los dos teníamos la esperanza y la ilusión de modificar lo que se estaba haciendo en teatro en aquellos años (...) se trataba de convertir al teatro en una herramienta social, queríamos hacer que reflejase los problemas del pueblo. Muchas de estas conversaciones tenían lugar en el Cerro Santa Lucía. Allí solíamos reunirnos al mediodía; nos comprábamos pan negro y unpoco de leche, con unos pocos pesos que lográbamos reunir, y conversábamos largamente sobre todos nuestros proyectos. A veces, Víctor me hablaba de su familia. Tenía recuerdos tristes de su padre, decía que había tenido problemas con el alcohol y que había hecho sufrir mucho a su madre (...) En ese tiempo, él tenía una beca de estudiante que le daba la Universidad de Chile, como persona necesitada.Recuerdo que eran unos 9 mil pesos al mes que acababan formando parte de un fondo común, porque lo compartíamos todo. Incluso, muchas veces, Víctor terminaba durmiendo y comiendo en mi pensión, sin pagar nada. Otra de nuestras aficiones, en la que nos hicimos expertos, era recoger colillas de cigarrillos en la calle y en las antesalas de los cines. A veces mis padres me enviaban cajas repletas...