Vida pasión y muerte de eugenio espejo
Manuela no les prestóatención e ingresó a la iglesia seguida de cuatro indios. Se arrodillo brevemente y se dirigió al altar mayor. Sobre una mesa larga y con cuatro velas, una en cada esquina del anda de madera rústica,estaba el cadáver de Eugenio Espejo. José Mejía se acercó solícito y los indios cargaron el cadáver. Manuela miró alrededor. No había nadie más que ellos. Ni siquiera el sacerdote que oficio la misa sequedó para acompañarlos.
De esta manera salió el cortejo fúnebre. Cuatro indios cargaban el anda y atrás de ellos caminaban Manuela y José Mejía Lequerica. Al tomar la calle que los llevaría alcementerio de El Tejar, llegó Joaquín Lagraña, quien se encargó de ir a la iglesia de El Sagrario a solicitar el certificado de defunción. Se lo entregó a Manuela. Gracias. Su merced ha sido el único amigoque nos ha acompañado. Que Dios se lo pague . ¡Dónde están Andramuño y Boniche? ¡Dónde el Marquesito…? Se refería a Juan Pío Montúfar.
José Mejía, usted y yo y nadie más… Y no pudo contener elllanto. El padre Joaquín Lagraña la abrazó y continuó el cortejo. Una llovizna helada empezaba a caer. José Mejía Lequerica tomó el Certificado que Manuela apretaba entre sus manos y lo leyó en voz baja:“Libro de muertos donde se asientan los Mestizos, Montañeses, Indios, Negros y Mulatos: En veintiocho de diciembre año de mil setecientos noventa y cinco: el Dr. Joaquín Lagraña, trasladó el cadáver...
Regístrate para leer el documento completo.