vida y obra schumacher
Hijo del propietario de una pista de karts, a los cuatro años su progenitor le regaló un coche de pedales y, poco después, le acopló un pequeño y viejo motor. Michael Schumacher practicó conaquel artefacto durante un tiempo, hasta que su padre le regaló un kart de verdad, con el que a los quince años se proclamó campeón júnior de Alemania. Luego ganó otras muchas competiciones de esta categoría, como los campeonatos de Alemania y de Europa sénior en 1987.En 1988, con un monoplaza, fue campeón de la Fórmula Koning alemana. Los éxitos (ganó 10 de 11 carreras) lo apartaron de lasaulas, y se empleó en el taller mecánico del concesionario Volkswagen de su ciudad natal. Aquel mismo año compitió en la Fórmula Ford 1600, consiguiendo el segundo puesto en el Campeonato de Europa y el sexto en el del Mundo.
En 1989 ascendió a la Fórmula 3, campeonato en el que sólo fue superado por su compatriota Karl Wendlinger. Aquellos buenos resultados le sirvieron de carta de presentaciónpara entrar en Junior Team de Mercedes, escudería a la que representó en el Campeonato del Mundo de Sport Prototipos en 1990, formando pareja precisamente con Wendlinger, a quien superó en victorias.
En 1991 debutó en la Fórmula 1, en el Gran Premio de Bélgica, con el permiso de Mercedes. Sólo disputó aquella carrera con el equipo irlandés, pues el director del aún flamante equipo Benetton, FlavioBriatore, con quien formaría un dúo excepcional, lo fichó para la escudería italiana, donde tuvo que vérselas con el tricampeón brasileño, Nelson Piquet. El alemán llegó a superar al brasileño en algunos entrenamientos, pero la falta de experiencia le pasó factura en algunas carreras, consiguiendo sólo cuatro puntos en seis Grandes Premios. Aun así, Briatore afirmó sin titubeos: «Es lo quebuscaba, un joven, muy joven piloto ambicioso. Será campeón».
Luciano Benetton se había hecho cargo de la escudería automovilística en 1989. Algunos creyeron que sólo se trataba de un capricho del empresario de la moda, pero en cinco años su monoplaza nubló la magia de los coches clásicos: McLaren, Williams o Ferrari. El secreto, unos cincuenta millones de euros de presupuesto anual y doscientosempleados que trabajaban a ritmo de alta tecnología en la ciudad británica de Enstone, cerca de Oxford. Entre los técnicos destacaban Tom Walkinshaw, antiguo director de Jaguar, y el mánager del equipo, el español Joan Villadelprat.
El aterrizaje de Schumacher en Benetton frustró los planes de Mercedes, que ambicionaba un retorno triunfante al circuito. La marca de la estrella quería formar pilotosgermanos. Con este objetivo había desarrollado un minucioso plan de trabajo para seleccionar a los más dotados y formarlos en todos los aspectos. Y Schumacher no debió de perder el tiempo mientras estuvo allí, como lo reflejan estas palabras de agradecimiento: «Me encantaría ser un día su primer piloto. Como alemán, si estuviera libre, me haría muy feliz unirme a ellos para trabajar en unproyecto serio con garantías de éxito».
En 1992, al conseguir su primera victoria en el circuito belga de Spa Francorchamps, donde había debutado un año antes, se perfiló ya como el probable campeón del futuro. Tenía veintitrés años; antes de él, sólo Jacky Icks y Bruce McLaren habían conseguido un éxito tan precoz. Acabó el año en tercer lugar de la clasificación general, con cincuenta y dos...
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