Vida

Santa, José, Lino, Ana, Amador, Serguei, Reina, Rico y Nata configuran un alegórico mosaico de personajes, cuyas vidas se entrecruzan constantemente, como si el desempleo "forzoso" fuera un vínculotan incómodo como ineludible. Condenados al despido tras la reconversión industrial de los astil eros, aprenden paulatinamente, a saborear la frustración que deriva, en ˙último término, de larenuncia a cualquier atisbo de esperanza, por
fugaz que sea, o precisamente, por esto ˙ltimo. Para todos el os, exceptuando, quiz·s, a Rico y
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a suhija Nata, el porvenir no es m·s que un
eterno lunes bajo el sol, que hace del ocio la
m·s tediosa monotonÌa, a la que, sin embargo, no pueden renunciar. Santa imagina un mundo cuyo reino es unaAustralia hecha a su medida, y mientras espera
impasible, que su sueÒo se haga realidad, pronuncia constantemente, inflamados
discursos de obrero resentido, y alterna su
tiempo libre entre charlas debar con sus
"cor eligionarios", y mujeres desconocidas con
las que comparte espor·dicos momentos de
sexo. JosÈ y su esposa Ana siguen caminos paralelos, casi oblicuos. Mientras Èl no renuncia a suzaherida masculinidad, el a entrega su tiempo
libre a un jefe libidinoso, cuyas insinuaciones
Ana confunde con hostigamiento durante su
jornada laboral. Sin embargo, La lujuria que
despierta enel a el deseo de un hombre en celo
que abusa de su posiciÛn social, no sabe de
fidelidad, ni de comprensiÛn hacia un marido
der otado por circunstancias externas. El miedo
a que su marido cor a lamisma suerte que
Amador, la disuade, afortunadamente, de
abandonarle por otro hombre. Amador cree vivir sin ser visto, es un ser
taciturno cuyo inquietante silencio anima a
Santa a descubrir,aunque fortuitamente, su
patÈtica existencia. Abandonado por su mujer, no da con otra soluciÛn m·s que la del suicidio, para sofocar su permanente angustia. Y esa
aparentemente efectiva soluciÛn...