Vidas de fe
Juan Hyde nació en 1865, en Illinois, Estados Unidos. Era hijo de un ministro presbiteriano. Sobre su hogar alguien dijo: «Era una casa donde Jesús era un invitado permanente, y donde los moradores en ella respiraban una atmósfera de oración».
Su padre eraun cristiano fiel, sobrio, con modales amables. Muchas veces oró con fervor pidiendo obreros a la mies; y el Señor contestó su oración con creces, pues aun dos de sus hijos fueron llamados al ministerio. Su madre poseía una dulce espiritualidad, y se dedicaba con esmero a sus seis hijos.
Juan era tan buen estudiante, que después de la graduación, le pidieron que fuera maestro en su colegio. Peroel llamado de Dios era más fuerte y, en obediencia decidió ir a un seminario bíblico en Chicago.
Tomando una gran decisión
Estando allí tuvo una experiencia dolorosa que marcó su corazón: la muerte de su hermano Edmundo mientras servía en las misiones. Este hecho le llevó a una búsqueda interior, pues él había considerado a su hermano como un modelo para su vida.
J. F. Young, un compañero enaquel seminario, cuenta así lo que fue esta experiencia para Juan:
«Fue durante el año siguiente a la muerte de su hermano Edmundo que sus compañeros comprendieron que Juan no era un joven ordinario. Fue impresionado grandemente por la muerte de su hermano, y un gran conflicto tuvo lugar acerca de lo que haría de su vida. Por fin él se rindió, y en definitiva dijo: «Iré donde tú quieras que yovaya, amado Señor». «El resultado fue un cambio en su propia vida, y nosotros empezamos a disfrutar de esta experiencia con él».
Su amigo Konkle lo describe así:
«Durante el último año, cuando había un interés creciente por las misiones extranjeras en nuestra clase, Hyde vino a mi cuarto aproximadamente a las once una noche y dijo que él necesitaba todos los `argumentos’ que yo tenía para iral campo extranjero. Nos sentamos entonces algunos momentos en silencio, y entonces yo le dije que él conocía tanto como yo el campo extranjero; que yo no creía que eran argumentos lo que él necesitaba, y que la manera de saberlo era ponerlo ante nuestro Padre y esperar hasta que Él decidiera por él. Nos sentamos en silencio un rato más largo, y, diciendo él creer que yo tenía razón, salió dándomelas buenas noches. La próxima mañana cuando yo iba a la capilla, sentí una mano en mi brazo, y volviéndome vi la cara de John radiante con una nueva visión. ‘Es seguro, Konkle’, dijo él, y yo no necesité saber cómo».
Desde ese momento, el servicio extranjero fue su tema principal de conversación. Sus oraciones eran que el Señor enviase obreros a tierras donde Cristo no era conocido. Suspeticiones fervientes fueron contestadas con creces, pues, de su clase de 46 graduados, 26 se ofrecieron para el trabajo misionero extranjero.
Primeros pasos en la India
Juan se embarcó para India en octubre de 1892. Él deseaba rescatar a los millones que estaban pereciendo sin Cristo, también deseaba dominar los idiomas y ser un misionero que pudiera impactar esa nación. Cuando fue a su camarote,encontró una carta de un amigo de su padre, a quien admiraba por su testimonio y su vida espiritual. Cuando la leyó, se sobresaltó. «No dejaré de orar por ti hasta que seas lleno del Espíritu Santo». La implicación era que él no lo estaba.
«Mi orgullo fue tocado» confesó después, «y me sentí muy enfadado. Tiré la carta a un rincón y subí a cubierta. Yo amaba al remitente, conocía la relación conDios que él llevaba. Y en mi corazón hubo la convicción de que él tenía razón: yo no estaba capacitado para ser un misionero».
Regresó a su cabina.
«Con desesperación, le pedí al Señor que me llenara de su Espíritu, y al momento todo se aclaró. Empecé a verme a mí mismo y mi ambición egoísta. Antes de llegar al puerto ya estaba decidido a alcanzar aquello, cualquiera fuese el costo».
Al...
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