Viernes 9
Libro: Viernes 9 Novela
Autor: I. Gómez Dávila
Planeación, CONFLICTOS URBANOS, VIOLENCIA URBANA
(Pág. 15) Negarse a asistir a una fiesta en su propia casa, preparada' por Blanca con quince días del anticipación, era tan imposible como viajar a la luna. No es que deseara ya esas reuniones: se aburría; pero eran deberes sociales ineludibles. Y bien valía la pena darle este últimoplacer a Blanca.'![No destruir el nombre y el prestigio]
ESTILO DE VIDA
(Pág. 23-24) Llovía suave, pero incesantemente. El asfalto mojado reflejaba las luces deformándolas. Vehículos y gentes pasaban silenciosos y apresurados; las llantas^ _ solas, silbaban tristemente.
Había dejado el automóvil cerca del almacén. Levantóse el cuello de la gabardina y se fue caminando, rozando paredes.Cruzó por la calle 11 y principió a bajar; estaba casi desocupada. La desmenuzada lluvia se oía golpear el pavimento. Sus pasos sobre el agua parecían tener eco. Llegó a; la carrera 5% y en la esquina esperó para cruzar a que pasaran dos automóviles; notó que el eco je sus pasos se suspendía. Cruzó y siguió bajando; el eco se reanudó. Sin detenerse, se volvió a mirar y vio a un hombre a unostreinta o cuarenta metros detrás de él. Tan sólo pudo distinguir un grueso sobretodo y un sombrero de ala muy ancha. No había por qué suponer que lo estuviese siguiendo; sin embargo, tenía casi la seguridad. Para qué? pensar en el motivo: lo importante era comprobarlo. Se detuvo frente a la vitrina de un almacén. El del sobretodo se paró y encendió un cigarrillo. Reanudó su caminata y volvió eleco... ¿Sería coincidencia? Tómala carrera 6»; había más gente y no pudo cerciorarse de si el hombre lo seguía. Se metió en un zaguán y, a su vez, hizo como que encendía un cigarrillo y esperó. Un minuto después pasó el hombre caminando de prisa. Vio que tenía un grueso bigote y que el sobretodo estaba raído y el sombrero sudado. Salió, ahora siguiendo al hombre. Iba; algunos pasos adelante, conla cabeza levantada, y miraba para uno y otro lado. En la esquina se paró el hombre y se volvió; al verlo, rápidamente dobló la esquina y se encaminó por la calle 12, i hacia arriba.
ESTILO DE VIDA
(Pág. 24)Se fue en sentido opuesto al del hombre. Aun protegido del agua por la gabardina, la humedad le penetraba hasta los huesos.
ESTILO DE VIDA
(Pág. 25) ¡Era ridículo! ¡Esto no podíaestarle sucediendo! Era cosa de película o de melodrama barato, pero no para Bogotá a las ocho de la noche, y pasándole a él, un simple comerciante sin enredos políticos. ¡Tenía que estar equivocado! Era su situación con Yolanda y el viaje próximo, o, mejor dicho, la fuga, lo que lo tenían en ese estado nervioso. Probablemente el hombre fuese un buen señor como él, camino de su casa.REGIONES MORALES
(Pág. 25)Los últimos pasos por la carrera 10 hasta su coche los hizo casi al trote. La sospecha estaba confirmada: el hombre estaba siguiéndolo. Dentro del automóvil se sintió más protegido, encerrado y viendo algo familiar. De nuevo le pareció absurda la idea del hombre tras de él. Se ruborizó de su miedo.
REGIONES MORALES
(Pág. 26) Sin dudarlo más, se dirigió hacia su casaa la velocidad mayor a que se atrevió. El otro automóvil lo seguía. En la esquina de la casa miró por última vez el espejo: las luces habían desaparecido. Dejó el carro en el garaje, y al cerrar la puerta miró hacia uno y otro lado de la calle; estaba desierta. [Garaje, fuera de la casa dos elementos que denunciaba el status]
MOVILIDADA
(Pág. 27) - ¡Qué tarde llegas' -le dijo Blanca.-Con esta lluvia, el tráfico es espantoso: casi no puede uno andar -le contestó.
Planeación, CONFLICTOS URBANOS, VIOLENCIA URBANA
(Pág. 28) ¿Para qué escuchar? Conocía de memoria el cuento, ¡siempre era el mismo! Parecía fascinarle a Blanca el tema de las sirvientas; era casi morboso. Las adoraba y las odiaba; eran sus confidentes y sus enemigas; las aconsejaba y las insultaba; les conocía...
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