Vigencia de la ética
Cuba, sometida durante más de200 años a las pretensiones anexionistas del poderoso vecino del Norte ha resistido con firmeza tales empeños, en épocas diferentes y disímiles contextos, pero siempre con singular heroísmo. Basta remontarse a las raíces histórico-culturales de formación de nuestra identidad cultural y nacional, en los marcos de un proceso de transculturación, iniciado desde el acto violento de la colonización yconquista, signado por el genocidio de hombres e ideas, representaciones y símbolos, bajo el eufemístico título de encuentro de dos culturas.
Inmigraciones y nuevos asentamientos, forzados unos e impelidos otros por coyunturas económicas, socio-políticas o culturales; implantación de instituciones y costumbres foráneas; la inserción de una multidiversidad de culturas africanas, preferentemente através de la trata, germen del mestizaje cultural iniciado y prolongado a través de los siglos XVI al XIX resultaron entre otros factores, contexto propicio a la formación de nuestra identidad, con el rol decisivo del ideario ético-político, gracias al aporte de figuras descollantes como José Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Martí, bajo la influencia de losmovimientos y corrientes de ideario más progresistas y que se continúa en la etapa de la pseudo-república con sus logros y frustraciones, en el pensar y actuar de personalidades tales como Enrique José Varona, Carlos Baliño, Julio A. Mella, Rubén Martínez Villena y Antonio Guiteras, entre otras muchas, hasta alcanzar con el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959, su más alta expresión, enel humanismo ético del Ernesto Che Guevara y Fidel Castro.
La eticidad, fundamento clave del pensamiento cubano más progresista en las dos últimas centurias, rectorea, como su basamento esencial, otros rasgos no menos significativos, como el pensar y el hacer filosófico, pedagógico y humanista. Su profundidad, autoctonía, patriotismo y creatividad conserva su plena vigencia, como expresión decontinuidad y ruptura, en la Ideología de la Revolución Cubana, que revivifica las ideas del Maestro, gestor de la "Guerra necesaria", negadas a vegetar como antaño, en el mármol frío de celebraciones patrioteras y convites farisaicos de "generales y doctores", como satirizara Loveira en su antológica novela de los umbrales del pasado siglo o como fuente de banales retóricas onomásticas ypolitiqueras, para retomar su propia esencia, como programa de guía y lucha en la aspiración de profundas transformaciones socio-económicas, en beneficio de las más amplias masas populares.
Resulta a todas luces evidente el reto que significa para la educación ético-ciudadana y la propia supervivencia como nación, en este nuevo siglo y milenio, el enfrentamiento de la humanidad a un mundo signado por...
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