vigilar y castigar

Páginas: 22 (5277 palabras) Publicado: 23 de febrero de 2015
SUPLICIO
EL CUERPO DE LOS CONDENADOS.

EN EL AÑO DE 1757 Damiens fue condenado a “pública retractación ante la Iglesia de París”. Había cometido parricidio (considerado contra el rey, a quien se equiparaba al padre). Fue brutalmente torturado (atenaceado, quemado). Finalmente, se lo descuartizó. Fue una operación muy larga, y no bastando esto, fue forzoso para desmembrar los muslos, cortarlelos nervios y romperle a hachazos las coyunturas. Los restos fueron quemados.
Aunque se decía que era un gran maldiciente, no dejó escapar blasfemia alguna; tan sólo los extremados dolores le hacían proferir horribles gritos y a menudo pedía a Dios que se apiadara de él. Le Breton, el escribano, se acercó repetidas veces al reo para preguntarle si no tenía algo que decir. Decía que no. A pesartodos los sufrimientos, levantaba de cuando en cuando la cabeza y se miraba valientemente, hasta morir.
EN 1838 Foucault cita luego parte del reglamento redactado “para la Casa de Jóvenes delincuentes de París”. Allí transcribe diversos artículos, que reglamentan todos los detalles de la vida allí: desde a qué hora se deben levantar los internos, pasando por cuándo ingresan al trabajo, qué es loque hacen allí, a qué hora comen, cuántas horas están asignadas a la enseñanza, cuándo deben ir a dónde y de qué forma, cuándo se deben lavar las manos, y hasta la hora en que deben acostarse, quedando entonces los vigilantes haciendo la ronda por los corredores.

LA RESONANCIA DE LOS SUPLICIOS
La desaparición de los suplicios es, pues, el espectáculo que se borra; y es también el relajamiento dela acción sobre el delincuente. Se dirá: la prisión, la reclusión, los trabajos forzados, el presidio, la interdicción de residencia, la deportación son realmente penas “físicas”; a diferencia de la multa, recaen, y directamente, sobre el cuerpo. Pero la relación castigo-cuerpo no es en ellas idéntica a lo que era en los suplicios. El cuerpo se halla aquí como instrumento o como intermediario; sise interviene sobre él encerrándolo o haciéndolo trabajar, es para privar al individuo de una libertad considerada como un derecho y como un bien. El cuerpo queda prendido de un sistema de coacción y de privación, de obligaciones y de prohibiciones. El sufrimiento físico no son ya los elementos constitutivos de la pena. Hay una anulación del dolor. El castigo ha pasado de un arte de lassensaciones insoportables a una economía de los derechos suspendidos. Y si le es preciso todavía a la justicia manipular y llegar al cuerpo, será de lejos y según unas reglas austeras. Un ejército entero de técnicos ha venido a relevar al verdugo, anatomista inmediato del sufrimiento: los vigilantes, los médicos, capellanes, psiquiatras, psicólogos, educadores. A la justicia le garantizan que el cuerpo yel dolor no son los objetivos últimos de su acción punitiva. Hoy un médico debe establecer una vigilancia sobre los condenados a muerte. Cuando se los está por ejecutar, se les inyecta un tranquilizante. Utopía del pudor judicial: quitar la existencia evitando sentir el daño. El recurso a la psicofarmacología se encuentra dentro de la lógica de esta penalidad “incorporal”.

Desaparece, pues, enlos comienzos del S XIX, el gran espectáculo de la pena física; se disimula el cuerpo supliciado; se excluye del castigo el aparato teatral del sufrimiento. Se entra en la era de la sobriedad punitiva. Esta desaparición de los suplicios es conseguida alrededor de los años 1830-1848. Esta afirmación global exige paliativos. Primero, las transformaciones no se realizan en bloque ni según un procesoúnico. Ha habido demoras. Paradójicamente, Inglaterra fue uno de los países más refractarios a esta desaparición de los suplicios.

En cuanto a la acción sobre el cuerpo, tampoco se encuentra suprimida por completo a mediados del S XIX. La pena ha dejado de estar centrada en el suplicio, ha tomado como objeto principal la pérdida de un bien o de un derecho. Pero un castigo como los trabajos...
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