Vigilar y castigar
-Nos relata el sanguinario caso de un parricida que fue condenado y ejecutado brutalmente desmembradohasta quedar sin vida y posteriormente quemado.
-Ahora nos maravillamos de no castigar mas el cuerpo si no el alma. Sobre el sistema penitenciario Los culpables son culpables, los inocentes, inocentes. De todas formas un condenado es un hombre como los otros y la sociedad debe respetar lo que hay en él de humano en consecuencia, Nuestra acción, por el contrario, no busca el alma o el hombre másallá del condenado sino que busca borrar esta profunda frontera entre la inocencia y la culpabilidad.
-La desaparición de los suplicios es, pues, el espectáculo que se borra; y es también el relajamiento de la acción sobre el delincuente. Se dirá: la prisión, la reclusión, los trabajos forzados, el presidio, la deportación son realmente penas “físicas”; a diferencia de la multa, recaen, ydirectamente, sobre el cuerpo. Pero la relación castigo-cuerpo no es en ellas idéntica a lo que era en los suplicios.
-El cuerpo se halla aquí como instrumento o como intermediario; si se interviene sobre él encerrándolo o haciéndolo trabajar, es para privar al individuo de una libertad considerada como un derecho y como un bien. El cuerpo queda prendido de un sistema de coacción y de privación, deobligaciones y de prohibiciones. El sufrimiento físico no son ya los elementos constitutivos de la pena y hay una anulación del dolor.
-Queremos cambiar la institución hasta el punto en que culmina y se encarna en una ideología simple y fundamental como las nociones de bien, de mal, de inocencia y de culpabilidad.
-Considerar los procesos de individualización de las penas como un inicio de lasuavización punitiva en las mismas cuando, como veremos, es un efecto de la nueva táctica de poder y los nuevos mecanismos penales para que sean más eficaces y económicos.
-No centrar el estudio de los mecanismos punitivos en sus únicos efectos represivos, en su único aspecto de sanción, sino reincorporarlos a toda una serie de efectos positivos que pueden inducir, incluso si son marginales a primeravista. Considerar, por consiguiente, el castigo como una función social compleja.
-Analizar los métodos punitivos no como simples consecuencias de reglas de derecho o como indicadores de estructuras sociales, sino como técnicas específicas del campo general de los demás procedimientos de poder. Adoptar en cuanto a los castigos la perspectiva de táctica política.
-No separar para el estudiola historia del derecho penal y la de las ciencias humanas, buscar el punto en común.
-Analizar cómo pasa el cuerpo a estar investido por las relaciones de poder tecnología política del cuerpo juicio sobre el alma, saber científico. Situar los sistemas punitivos en cierta economía del cuerpo.
-El castigo ha pasado de un arte de las sensaciones insoportables a una economía de los derechossuspendidos. Y si le es preciso todavía a la justicia manipular y llegar al cuerpo, será de lejos y según unas reglas austeras. Un ejército entero de técnicos ha venido a relevar al verdugo, anatomista inmediato del sufrimiento.
-Los vigilantes, los médicos, capellanes, psiquiatras, psicólogos, educadores. A la justicia le garantizan que el cuerpo y el dolor no son los objetivos últimos de su acciónpunitiva. Hoy un médico debe establecer una vigilancia sobre los condenados a muerte. Cuando se los está por ejecutar, se les inyecta un tranquilizante y una utopía del pudor judicial.
-En siglos XVIII y XIX se produce una crisis de la economía de los castigos y una reorganización del sistema punitivo. Foucault destaca en la historia de la represión ‘el momento en que se percibe que era según la...
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