Vih Genero Trans
MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL Mauricio Santa María Salamanca - Ministro de la Protección Social Beatriz Londoño Soto - Viceministra de Salud y Bienestar Gerardo Burgos Bernal - Secretario General Lenis Enrique Urquijo Velásquez - Director de Salud Pública Ricardo Luque Núñez - Coordinador de Promoción y Prevención FONDO DE POBLACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS - UNFPA TaniaPatriota - Representante en Colombia Lucy Wartenberg - Representante Auxiliar Martha Lucía Rubio Mendoza - Asesora VIH/Sida EQUIPO TÉCNICO DEL CONVENIO COMPONENTE VIH Ministerio de la Protección Social Ricardo Luque Núñez - Coordinador de Promoción y Prevención FONDO DE POBLACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS - UNFPA Martha Lucía Rubio Mendoza - Asesora VIH/Sida Gema Granados - Asesora de ComunicacionesEquipo Técnico Convenio 620 VIH - MPS - UNFPA Patricia Belalcázar Orbes - Coordinadora Convenio 620 - Componente VIH Luz Adriana Becerra Castro - Consultora Mujeres en contextos de vulnerabilidad Andrea García Becerra - Consultora Mujeres trans Emmanuel Fontalvo Patiño - Consultor Comunicaciones Juan Carlos Pardo Lugo - Consultor Jóvenes en contextos de vulnerabilidad Juan Simbaqueba Vargas -Consultor Hombres que tienen relaciones sexuales con Hombres Liza García Reyes - Consultora Mujeres Trabajadoras Sexuales Luisa Fernanda Benavides Reina - Consultora Población privada de la libertad Sonia Campos Ramírez - Consultora Estrategia INTEGRA Teresa del Carmen Moreno Chaves - Consultora Epidemiología Bogotá, D.C. 2011 ISBN: 978-958-99349-9-9 Diseño, diagramación e impresión Acierto Publicidad& Mercadeo asesoria@acierto-publicidad.com www.acierto-publicidad.com
I
ntroducción
Desde su aparición, la epidemia de VIH/Sida en el mundo ha dejado al descubierto una serie de inequidades y formas de injusticia que tan solo contribuyen a que la epidemia se perpetúe. En el mundo, y al igual que otras patologías, la infección por VIH prevalece en contextos donde existe mayor desigualdady pobreza, además de una falta de acceso a servicios sociales y de salud. Adicionalmente, el hecho de que el Sida sea una infección de transmisión sexual y que haya afectado, mayoritariamente, a sectores específicos de la población que tradicionalmente han sido marginados y excluidos en razón de sus prácticas o su orientación sexual, ha contribuido a que la epidemia se expanda. De igual forma, lohan hecho las connotaciones morales cargadas de culpa o el rechazo que —a inicios de la epidemia (y aún hoy)— generaban las personas infectadas, por ser consideradas vectores de una enfermedad inexorablemente mortal; así como la desinformación existente, al intentar imponer perspectivas únicas de valoración moral para su prevención y control. En otras palabras, el estigma y la discriminación quese dirige hacia las personas infectadas por el VIH o hacia aquellas percibidas de forma errónea como responsables de la infección, contribuyen a que la epidemia prospere y a que se generen nuevas formas de rechazo y condenación. ¿Cómo romper este círculo vicioso? ¿Por qué dirigir una serie de documentos de prevención hacia las poblaciones identificadas como más vulnerables? En principio, por unarazón básica de salud pública; y es que las estrategias y acciones preventivas deben focalizarse justamente en donde las epidemias registran el mayor número de casos. Pero también, porque son justamente las comunidades mayormente afectadas quienes deben reconocer que el silencio y el miedo frente a las vulneraciones y los señalamientos, son cómplices de la mayor concentración de casos al interiorde sus comunidades
y que, únicamente tomando la vocería para una acción solidaria contra la epidemia —ya no solo para prevenir los casos de grupos específicos de población, sino para liderar la respuesta hacia la sociedad como un todo—, se podrán desatar los nudos perversos que vinculan el Sida a formas de vida o al ejercicio de la sexualidad. Por otra parte, la infección por VIH seguirá...
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