VIII DECKONINCK La Dignidad Humana El Alma Y El Cuerpo
La dignidad humana
Por último, no hay que temer reconocer, en los términos de Hans
Jonas, que «somos seres dotados de un metabolismo y necesitamos el
mundo, el mundo real-material y no sólo el mundo de la conciencia». El
«dualismo radical de la gnosis, en el cual el alma y el espíritu son ajenos
al mundo», es insatisfactorio, «cada vez más insatisfactorio». Es extremadamente importantereflexionar sobre «el significado de nuestro ser
corporal». Ante todo y sin duda, el cuerpo vivido, como veremos, pero
sin la ciencia corremos el riesgo de ignorar también unas dimensiones
absolutamente esenciales de nuestro cuerpo. Un buen ejemplo, que se
añade a los anteriores, es el de la embriología, que ya suscitaba la admiración justificada de Freud, y actualmente la del distinguido embriólocobritánico Lewis Wolpert, que no deja de sorprenderse de que «una sola
célula, el huevo fecundado, dé lugar a todos los animales, incluidos los
humanos». Hoy es imposible responder al desafio de lo Concreto sin las
contribuciones reales de la ciencia".
Capítulo III
El alma y el cuerpo
« C uaii(lo se coas hiera el cuerpo del honzhre.
¡cuán superior es al de las demás criaturas I, cuán
winej mlle alCielo.' (...) Salo el hombre se manhielle
(le pie. miro aUreole ( ... ). El conocimiento penetrante
de ni espíritu se parece a la in/eligencia espiritual
¡(1el (ielo/»
(CIt't]N-nt'!IJ EAN-t.L, cap. 56)
« 1 Vhat a piece of ,t'op* i.s a man. how mzoh/e in resLsvn.
l,o infinite infaculties, injormn and mnoving.
/iow express and admirable iii adiDa,
/ioi like an angel in appre/,en.s'ion. how like agod:
1/le beau:v of time ,,'orld: 1/le para gon of wzimal... »
(HÁMI.ET. II. 11, 307-3 II)
((He smuh/lered
T/ze mnosl replenished sweet work oJnaiure.
17zaiftaipi 1/le prime cration e 'er suc fratued»
'bies páginas de Kant sobre «la unidad de la apercepción, ci principio más elevado de
todo el conocimiento humano», algo a lo que ya hemos hecho referencia. Cf. Crítica
de la razón pura, citada porla edición francesa: Critique de la raison pare, trad. franc.
Piéiade. pp. 854-855 (B 135-136; AK lii. 110).
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Cf.. respectivamente. «De la gnose au Príncipe responsabilité. Un entretien
avec Hans Jonas (de Jean Greisch)». en Esprit. mayo de 1991: Lewis Wolpert. T/ie
Triumpi: of dIc E,nbrvo. Oxford University Press, 1991. prefacio. p. V. «( ... ) Thc process of embryonic development is one ofthe most exciting probiems of modcrn biology.
One cou!d say that together vith trying to understand how thc brain svorks, they are the
great biological problems of our time. The problem of development is how a single eclI,
the fertilized egg, gis-es risc to afi animais, including humans. so it really is about life
itseif. Es-en those of us vho work on these problems seldom lose a sense ofwondcratthis remarkable process». Por otra parte, se defienda o no la noción de sustancia, hay
que reconocer, con Michael Dummet. que «man is a self-subsistent thing»: cf. R. Spaemann, Das Natürliche 11,1(1 das 1'rniinfiige, Münchcn. Piper. 1987. Vid., por último.
sobre el medio ambiente, la notable síntesis de Yves Lancelot en Club de Marscille.
Parier / '/lo,nme Ed. de l'Aube, 1994, pp. 33-46.
(R1c1tkDIII, IV. III. 17-19)'
¿Qué es exactamente el «fuego eterno» del que habla la Escritura?,
pregunta Agustín en una de esas magníficas reflexiones que domina como -
Cf.. respectivamente. Tung Chung.shu (e. 179-104 a.C.), Ch'un-ch'iu fan-lu
(«Luxunan Gems of thc Spring and Autumn Annais»), en .4 Source Book ja C7,inese
P/:iiosphi'. traducido y recopilado por W'ing-tsit Chan, Princeton UniversityPress. 1963.
p. 231; Shakespeare, !Iamlet. II, II, 307-311, citado por la traducción francesa de Yves
Bonncfoy, Paris. Mercure de France. 1983, p. 74: «Qué obra de arte es el hombre! ¡Qué
noble su razón! ¡qué infinitas sus facultades, sus movimientos, su rostro! ¡qué resuelto
en sus actos, qué angélico en su pensamiento, cómo se parece a un dios! Maravilla del
universo, parangón de todo lo que...
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