Viktor Frankl

Homo Patiens: el dolor como oportunidad de
Crecimiento (*)
Por
Daniele Bruzzone

Profesor de Pedagogía General y Social de la
Universidad Católica de Milán, Presidente de la Asociación de Logoterapia y Análisis Existencial Frankliana (A.L.AE.F.), Asociado de Honor de la Asociación "Viktor E. Frankl“.



Por lo general el hombre es capaz de encontrar sentido a la vida realizando unaobra, haciendo una tarea, un trabajo, o llevando a término una misión (es decir, a través de lo que en logoterapia se llaman “valores de creación”), o a través de la contemplación del arte, de la naturaleza o de la singularidad única de la persona amada ("valores de experiencia"). Sin embargo, la persona que sufre puede verse a menudo con un destino limitado para actuar o para disfrutar de lamanera normal y, por tanto, condenada a vivir una vida carente de sentido y valor. Bien, justo en ese momento – y a través del misterioso poder transformador del sufrimiento - se muestra otra posibilidad: la de realizar un auto-configuración desde dentro ("valores de actitud"), renunciar a cambiar la situación desde el exterior y lograr una transformación de sí mismo. Por lo tanto, un destino queparece condenar a una existencia al fracaso y que reduce irremediablemente la libertad de actuar, puede convertirse en una oportunidad única para crecer y evolucionar: El destino está vinculado al hombre como el terreno a que está unido por la fuerza de la gravedad que, al mismo tiempo que lo atrae y limita, le permite caminar. Frente a nuestra suerte, tenemos que actuar enfrentándonos como alterreno en el que descansamos: considerarla como el trampolín para nuestra propia libertad”
(Frankl, 2005a, p 117).

Numerosas experiencias de enfermedad, por ejemplo, contadas a través de escritos autobiográficos (y por lo tanto autoterapéuticos y autoeducativos) testimonian esta sorprendente posibilidad de evolución interior y de crecimiento espiritual en relación con las crisis y traumas de lavida (Demetrio, 2008); y demuestran que, incluso en situaciones en las que el problema no se puede superar o resolver, el sufrimiento permite el acceso a niveles de conocimiento, de integración, de equilibrio y de madurez existencial superiores a los anteriores a la experiencia traumática (cfr Pietrantoni, Prati 200). El sufrimiento, entonces, puede convertirse en una verdadera oportunidadespiritual, capaz de transformar al hombre que lo sufre con coraje y honestidad, aceptando lo que no puede cambiar: "la aceptación, al menos en el sentido de que nos hace soportar en modo justo y leal un destino auténtico, es en sí misma una forma de acción, o mejor aún, no es sólo oportunidad, sino tal vez oportunidad que tiene el hombre por realizar” (Frankl 2004, pág 74)).


La capacidad desufrimiento, entonces, es una prerrogativa de la persona espiritual, que aún en las situaciones más comprometidas, pudiendo “estar cubierta y desfigurada por el proceso patológico superficial, continúa subsistiendo en el fondo, aunque esté impotente e invisible: impotente en el uso adecuado de su instrumento, el organismo psico-físico; invisible salvo en los momentos esporádicos en que el "espíritu"como un "rayo" penetra a través de la capa que lo aísla de nosotros, la psicofísica"(Frankl, 1984, p. 108). Esto es más evidente en la interpretación frankliana del sufrimiento mental, incluso en los casos graves de psicosis: "Si no fuera porque la persona espiritual está presente aún detrás de las barreras de la psicosis, aunque condenada a la impotencia expresiva e instrumental, si no fuese que lapersona espiritual puede ser alterada, pero no destruida por lo psico-físico, entonces no valdría la pena ser un psiquiatra [...] Ser un psiquiatra puede valer la pena sólo en la medida en que no lo seamos para el organismo psico-físico, sino para la persona espiritual, que espera, por así decirlo, ser liberada a través de nosotros del hándicap psicofísico"(Ibidem. p. 152-153).
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