Violencia de genero
Claudia toma un café en el Gato Negro y se sumerge en su mar de recuerdos arremolinados. Tiene 29 años, baila, canta ytrabaja como extra en publicidad. Una chalina bordó le abraza el pecho. Hace tres años le había escrito a Clarín, impactada por una nota sobre maltrato infantil. Para esa época, había recobrado la memoriade su infancia, que mantuvo borrada entre los 15 y los 24 años. Gritos, puñetazos, vejaciones, un diente roto. Eran las imágenes que la sacudían desde el pasado. Hoy, mientras cae la noche y suena elmurmullo de la avenida Corrientes. Claudia decide que es el momento de contar su verdad: "Mi casa fue un infierno. Mi padre vivía golpeándonos. Abusó de mí cuando era niña y me dejó embarazada en laadolescencia. Me hicieron un aborto. Recién pude denunciarlo en la adultez, luego de salir del pozo de bulimia y alcoholismo en el que me arrojó. Son marcas para toda la vida, pero cuando decidíhacerle frente al problema, comencé a soñar con una reivindicación de mi dignidad". Claudia termina el café y cuenta que buscó ayuda en la Asociación Argentina de Prevención de la Violencia Familiar(4953-1268), donde consideran válido su testimonio, ratificado ante la Justicia. "Tengo tres hermanos que también sufrieron agresiones. A veces nos defendíamos unos a otros, pero el castigo, la revancha,era peor. Luego se tapó todo, todos preferían evitar el tema. A veces lo niegan", es la versión de la chica de la chalina bordó.
Sus palabras brotan como los récords que ahora salen a la luz: en losprimeros seis meses del año se radicaron 2.032 denuncias por violencia familiar en el área metropolitana y se atendieron 6.196 casos desde el Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia de...
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