Violencia escolar
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VIOLENCIA ESCOLAR
Nº 01/ JUNIO 2010
INTRODUCCIÓN
Por María Julia Vernieri p
La violencia en las instituciones educativas ha alcanzado, como ya no se puede ocultar, una magnitud significativa. Como educadores somos conscientes de que los hechos violentos en los alrededores y dentro de la escuela misma, son cada día máshabituales y de que se instalan sin ninguna consideración, entorpeciendo la dinámica escolar y desmejorando la calidad de vida de toda la comunidad educativa. Nos preguntamos una y otra vez qué se puede hacer. Continuamente los docentes se muestran preocupados por las alteraciones en la conducta de sus alumnos y por la dificultad para marcar los límites, expresando un incesante sinsabor por no hallarcaminos lógicos de resolución. Es común que las familias hagan responsable a la escuela: “hoy en día en la escuela no se les enseña nada de nada”, “con una maestra como esa ¿cómo van a aprender modales?...”, “no aprenden ni cómo comportarse”, “la maestra los agrede...,” “la maestra los discrimina” etc. En algunas escuelas se asegura, en cambio, que la responsabilidad es de las familias: “los chicosestán cada vez más maleducados”, “y si los padres no les enseñan ¿qué podemos hacer nosotros?”, “ no aceptan un solo límite” etc. Unos a otros se echan culpas mientras que en las escuelas los conflictos no se resuelven y la violencia acosa muchas veces, en forma despiadada. La realidad es que los actos violentos dentro de la escuela, son consecuencia de un gran sistema de relacionesinterpersonales donde las emociones, los sentimientos y los aprendizajes están presentes y configuran parte del ámbito educativo. Asimismo, no se lo puede negar, están ligados a las situaciones familiares de cada alumno/alumna y al ámbito social de la escuela. Dentro de la comunidad escolar, son los docentes y los alumnos los que generalmente sufren en forma directa esta violencia provocando en los mismossentimientos de angustia, desamparo y desesperanza. Tenemos mucho para pensar al respecto pero hay dos cosas que sabemos con certeza, de las que podemos estar realmente seguros: En primer lugar sabemos que a los niños y a los jóvenes les deben estar pasando cosas
que los disgustan mucho y que los llevan a practicar inéditos comportamientos que nadie en otras épocas se hubiera atrevido ni apronosticar. En segundo lugar, cuando pensamos sobre lo que pasa con las escuelas, sabemos que aún hoy (si bien por suerte actualmente se está trabajando mucho para mejorar esta situación) existen marcadas diferencias: mientras unas escuelas están situadas en hermosos barrios con aulas luminosas y ventiladas, a otras sólo se puede acceder por dudosos caminos de tierra que en muchos momentos del año sevuelven inaccesibles; en sus aulas falta luz natural (y a veces de la otra), una ventilación adecuada y en muchos casos algún lugar apropiado para el esparcimiento y los juegos. Mientras en unas los docentes juntan moneda a moneda para poder ofrecer la bebida caliente o el trozo de pan diario, en otras se tira diariamente la mitad de la comida preparada por que los niños están atiborrados deproteínas y golosinas. Aún son muchas las diferencias y todos las conocemos. No obstante, además de la bandera que toda escuela tiene en su mástil hay algo más que la mayoría tiene en común: los problemas disciplinarios y la violencia... La violencia entonces, no es privativa de algunas escuelas. En países en los cuales las necesidades básicas parecerían estar resueltas, nos sorprenden hechos a vecesextremadamente violentos. En todas partes del mundo los docentes conviven diariamente con niños que se insultan entre ellos o que insultan a los mismos docentes, que se pegan, se hacen burlas subidas de tono... se desvalorizan, se discriminan... Cotidianamente los envuelve la incertidumbre y el temor de que algún niño lleve un arma con la cual se lastime o lastime a algún compañero. No es raro que...
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