Violencia
En ese momento escucho su voz que pronuncia mi nombre, me termina de despertar, pone enmis manos una toalla, no me agrada saber que debo dejar el calor de mi cama por el frio de la ducha, pero su convencimiento va mas allá del poder divino.
Entro al baño aún adormecido, me miro alespejo y me doy cuenta por primera vez que soy un niño, aún soy un niño; mis ojos revelan inocencia y mis rasgos son suaves. Me intriga, dudo un momento, pero me entrego a la realidad sin rebatir muchola idea.
Una vez salgo de la ducha, un olor o café con leche se siente en el aire, mi estómago suena, ha sido testigo fiel muchas veces, pero nunca suficientes, de sus sabores, su sazóninconfundible, extraordinaria; una sazón que guardaré para siempre en mi memoria.
Me visto lo más rápido posible para acortar el tiempo, bajo las escaleras y la veo, nunca he sabido como lo hace, peroapenas termino de bajar el último escalón, ella pone el plato en la mesa, se ve humeante, fresco, caliente y apetitoso. Le doy un beso en su mejilla y la abrazo, un pequeño, simple e insuficiente abono ala deuda que tendré eternamente con ella. Apenas doy el primer bocado mi apetito se siente saltar de alegría, mi memoria no hacía justicia a esos sabores; intento disfrutarlo lo más que pueda,recuerdo que siempre me dicen que soy lento para comer, ellos no saben que no hay razón para ser rápido.
Termino y me dispongo a salir, encuentro mi bolso en el mismo punto donde ayer en la tarde lo...
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