Virgen María
Un feligrés, acaba de regresar de peregrinar a un santuario dedicado a María, donde un hombre ve y pide favores, cada día, a la Madre de Dios. Es un lugar de visiones ymensajes, que la lentitud de las autoridades eclesiásticas, no ayuda a clarificar la verdadera devoción. No es solamente que la virgen en un país habla diariamente a los hombres, también sigue haciendomover el sol, forma imágenes con las nubes y hace llover escarcha. Hace unos meses murió un sacerdote italiano, que recibía mensajes de la Virgen dedicados a los sacerdotes; recorrió el mundo consagrandociudades y celebrando cenáculos de oración. Estamos en una época de muchos videntes y pocos santos; de miles de mensajes, que no se quieren cumplir. La Virgen es Madre de la Iglesia, no podrá jamásrealizar su obra al margen de esta. Como madre, es el corazón, es la ternura, es la consejera y siempre auxiliadora de sus hijos. No puede existir un mensaje mariano que no pueda ser leído en y desdela Iglesia de Cristo. Los hijos fieles de esta madre, por más visiones, milagros y mensajes, siempre se acercan a pedir la bendición de la Iglesia. Eso es parte esencial de ser católico. Reunionespara orar, en secreto, sin la anuencia del pastor, deben evitarse. Cualquier forma de devoción fuera de la Iglesia, puede conducir a formar sectas, siempre con finales trágicos para el alma. Elhagiógrafo de san Felipe Neri (1515-1595), nos cuenta que un día, el santo Padre le envía a un pueblo a verificar los sucesos milagrosos, que según las fuentes del Papa, se estaban dando. Al llegar al lugar,el padre Felipe se sienta y comentando lo duro del viaje y lo agotado que se encontraba, le pide a la hermana (que hacía los milagros), que si podía soltarle los cordones de sus zapatos. Lareligiosa exaltada, responde airada que cómo se le ocurre pedir semejante bajeza. Silencio del santo, regresa cabizbajo. Ya frente al Papa, le rinde informe: “milagros si vi, santidad no”. Esta búsqueda...
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