Virtudes Publicas

Nota del editor: traducción del capítulo I de Virtudes públicas

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Virtudes públicas
Victoria Camps
Traducido por Ana Marcela Herrera
CAPÍTULO I

¿Tiene sentido hablar de virtudes en el siglo XX? Por lo menos entre nosotros, la palabra «virtud» ha
convertido en obsoleta, tiene todo lo que puede recordarnos de la moralidad estrecha y encogida de un
tiempo que estátodavía muy cerca de nosotros. El proceso de laicización de la sociedad española ha
tomado saltos sorprendentes y ha demolido muchos de los demonios del pasado. La moral no se llama
"moral", pero "la ética", que suena más universal y menos dependiente en una fe religiosa. Nadie habla
sobre las "virtudes" sino de "valores", una palabra que la religión no hizo su propia con la misma
pasión queera apropiado otros. Pecado aun no existe. Nuestros hijos tienen el privilegio de no haber
conocido la tortura de examen de conciencia. Tampoco saben mucho sobre los diez mandamientos; Si
algo me suena a ellos en este sentido, es de derechos humanos. Como cuestión de hecho, la sociedad
española se ha convertido en una sociedad laica y ética — o la moralidad — ha limpiado de varias
asociacionesanacrónicas y anti-modernas. El "experimento del catolicismo nacional" — cito muy
oportunamente el título del libro de Alfonso Álvarez Bolado1 importante — generados, así como una
patria católica, un sistema moral que consta de preceptos sobre casi exclusivamente las relaciones con
la iglesia y con el sexo. Claramente una moralidad "privada", cuyas virtudes principales eran dos: fe yhonestidad.
Ahora que profesamos un sistema laico de ética. Pero, ¿sabemos lo que eso significa? Se puede afirmar
sin reservas que la secularización de hábitos ha llevado a una muy otra forma de entender la vida y la
convivencia? Dar por sentado que no es posible convertir a uno vuelta sobre ética, es decir, no les
hagas caso. La vida humana es constitucionalmente moral, no sólo en sentido deAranguren, según el
cual estamos morales porque nuestra vida está aún por ser construido; No es dado a nosotros con una
trayectoria determinada. También es moral porque el proyecto de vida, tanto individual como
colectiva, es por necesidad formado alrededor de ciertos ideales, ciertos valores, que al final sean
éticos o no. Podemos equivocarnos en nuestros juicios, actuar de buena o mala fe, sino loque hacemos
o piensa hacer, lo que decidamos, al ocuparse de algo realmente importante y no trivial, sea justo o
injusto, leal o desleal, humana o inhumana. Los criterios que la historia ha estado construyendo como
principios del juicio ético aún son muy inciertos y pueden tener más de una interpretación o la
aplicación, pero sería falso decir que carecemos totalmente de algunos puntos dereferencia para
evaluar lo que hacemos o lo que queremos. Las cosas de esta manera, podemos preguntarnos ¿cuáles
son los detalles de la moralidad que deben regir nuestra vida actual? En definitiva, ¿qué es la moral
que nosotros, ciudadanos de un país democrático, requieren? Bajo la etiqueta de "virtudes públicas",
quiero sugerir una manera de responder a tal pregunta.
Si para ello decido volver ahablar de "virtudes", es porque creo que la moral es básicamente lo que
pensaba Aristóteles: una especie de segunda naturaleza, una serie de cualidades que proporcionan
una manera única de ser y de convivir con los demás. Etimológicamente hablando, la virtud — o la

arista — es que algo debe tener, con el fin de funcionar adecuadamente y cumplir satisfactoriamente
con el propósito para elcual está destinado. Los griegos hablaron sobre la virtud de un caballo de
carreras, de un atleta o un jugador aliados. Cada uno de ellos fue excelente — "virtuoso", en la
medida en que interpretaron su papel perfectamente. "Virtuosismo" consiste en el conocimiento de
cómo ser capaz de expresar todas las posibilidades de una forma de arte. Por lo tanto si todo tiene su
"virtud", según el...