Visita Al Castillo De Chapultepec
En el día 85, Santiago pensó que su mala racha tendría que terminar y aunque manolo quería viajar con él, ni los padres del niño ni el viejo lo permitirían. Entonces Santiago se lanza a la mar muy temprano como todos los días, cansado, con hambre y sin tantas fuerzas como en sus mejores tiempos en busca de una mejor suerte.Ya en el mar, Santiago hacía lo de costumbre, preparar la carnada, hablar solo, pues, no estaba acompañado y desde muy joven había aprendido a hablar de esta manera y en silencio.
Al no tener compañía, estaba convencido que a nadie importunaría, por lo que hablar solo era más fácil. En un instante del medio día, un pez picó en la carnada y Santiago tomó con prisa el hilo para esperar el momentooportuno de la captura. Esperó con la paciencia de los pescadores más experimentados y en el momento preciso, tiró del hilo para provocarle una herida mortal al pez. Para su sorpresa, este pez no tenía intenciones de rendirse fácilmente y en lugar de facilitarle su trabajo, inició una batalla por la vida tirando del hilo mientras Santiago no le permitía escapar. Santiago sintió que este esfuerzono era usual, pero urgido de una victoria se hizo jurar a si mismo que lo perseguiría más allá de cualquier frontera, más lejos de donde cualquiera hubiese llegado jamás. Pasaron las horas y Santiago no tenía la menor idea de lo que enfrentaba, lo único que sabía era que se alejaba cada vez más de la costa mientras que aquel pez tiraba del hilo.
Caería la noche y Santiago no tendría la dicha desaber quién era su rival al que, conforme pasó el tiempo, respetaría su gallardía. En medio de la oscuridad, Santiago empezó a sentir miedo y recurrió a sus recuerdos más valiosos, sus victorias, su mujer, el pequeño manolo al que extrañó y sintió que debió estar con él para ayudarle, pero enseguida desechó esa idea pues, al final de cuentas sabía que estaba solo. Pero el miedo se acrecentó a talpunto que Santiago, quien no era hombre muy religioso, hiciera promesas al Creador recitando 10 Padre Nuestros y 10 Ave Marías. La tensión creció mucho más y entonces prometió 100 Padre Nuestros y 100 Ave Marías, solamente que los recitaría a la vuelta del viaje en vista que estaba muy agotado como para recitarlas. Una de sus manos estaba estropeada y se disgustó con ella, sin embargo, se procurocurarla en el agua salada mientras mantenía su batalla con el testarudo pez. No contaba con alimentos a bordo, en su lugar tenía una botella de agua y el pescado rancio que usaba como carnada, que al final serviría de alimento para él mismo. Una pequeña ave se aproximó a la embarcación y él se pudo percatar del cansancio que tenía. No sabía con certeza cuanto tiempo había estado volando peroenseguida se enteró que estaba pasando muchos problemas aquella ave. Santiago le dijo que descansara en su bote un rato, pero que tenía que luchar por su propia cuenta si quería llegar con vida a su destino y dicho esto, sintió un fuerte tirón del hilo y el ave se marchó inmediatamente.
Por fin el pez se dejó observar y entonces Santiago pudo contemplar su tamaño y belleza, un pez espada enorme....
Regístrate para leer el documento completo.