Visita a la lonja de valencia
Páginas: 2 (330 palabras)
Publicado: 2 de enero de 2012
VISITA A LA LONJA DE VALENCIA
A través de calles estrechas y edificios del centro de Valencia llegamos a la Plaza del Mercado. Camuflado en la trama urbana y asomando entre las otrasfachadas aparece, de forma tímida, la Lonja de Valencia.
Privado de su espacio propio urbano, nos vemos obligados a acceder de forma tangencial al edificio, teniendo que renunciar a su vistacompleta y limitarnos a observar de forma parcial las fachadas, las cuales, a medida que nos acercamos, van deformando y fugándose, hasta llegar a crear perspectivas muy forzadas.
Ya el edificiode por sí parece que se nos viene encima, pero entonces nos asustamos aún más, cuando nos damos cuenta de que unos monstruos míticos con función de gárgolas se abalanzan sobre nosotros.Superando la primera impresión, nos encontramos con una escalera de entrada privada de su identidad, que nos confirma el maltrato que ha sufrido el edificio a lo largo del tiempo. Los incómodosescalones nos obligan a mirar al suelo, perdiéndonos el panorama del remate del edificio fundiéndose con el cielo.
Una vez dentro, los ojos se nos van hacia el techo: unas esbeltísimas columnashelicoidales que plagan el espacio captan la luz que entra por las ventanas y la transportan, mediante el contraste de las sombras que crean las acanaladuras. La luz se eleva y se difumina a medida queascienden los nervios, y al tocar el límite superior, estos se abren como brazos que se entrelazan unos con otros, creando una retícula regular que nos lleva de una columna a otra, de unos nervios aotros.
El edificio nos da una sensación de levedad, de una cubierta ligera y etérea, y nos sentimos empequeñecidos en un espacio de muchos metros de altura, que nos supera.
Sólo selamenta que se haya castigado tanto al edificio, pues con su espacio propio, la plaza que le daba la ciudad, y apareciendo imponente en medio de un vacío, debió de ser una experiencia fascinante.
A través de calles estrechas y edificios del centro de Valencia llegamos a la Plaza del Mercado. Camuflado en la trama urbana y asomando entre las otrasfachadas aparece, de forma tímida, la Lonja de Valencia.
Privado de su espacio propio urbano, nos vemos obligados a acceder de forma tangencial al edificio, teniendo que renunciar a su vistacompleta y limitarnos a observar de forma parcial las fachadas, las cuales, a medida que nos acercamos, van deformando y fugándose, hasta llegar a crear perspectivas muy forzadas.
Ya el edificiode por sí parece que se nos viene encima, pero entonces nos asustamos aún más, cuando nos damos cuenta de que unos monstruos míticos con función de gárgolas se abalanzan sobre nosotros.Superando la primera impresión, nos encontramos con una escalera de entrada privada de su identidad, que nos confirma el maltrato que ha sufrido el edificio a lo largo del tiempo. Los incómodosescalones nos obligan a mirar al suelo, perdiéndonos el panorama del remate del edificio fundiéndose con el cielo.
Una vez dentro, los ojos se nos van hacia el techo: unas esbeltísimas columnashelicoidales que plagan el espacio captan la luz que entra por las ventanas y la transportan, mediante el contraste de las sombras que crean las acanaladuras. La luz se eleva y se difumina a medida queascienden los nervios, y al tocar el límite superior, estos se abren como brazos que se entrelazan unos con otros, creando una retícula regular que nos lleva de una columna a otra, de unos nervios aotros.
El edificio nos da una sensación de levedad, de una cubierta ligera y etérea, y nos sentimos empequeñecidos en un espacio de muchos metros de altura, que nos supera.
Sólo selamenta que se haya castigado tanto al edificio, pues con su espacio propio, la plaza que le daba la ciudad, y apareciendo imponente en medio de un vacío, debió de ser una experiencia fascinante.
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