Vita Brevis
1a edición: noviembre de 1999 2a edición: junio de 2000 3a edición: noviembre de 2000 4a edición: mayo de 2001 5a edición: mayo de 2002 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor. Título original: Vita brevis. Floria Aemilias brev til Aurel Augustin En cubierta: Detalle de retrato funerario de una dama de la época de los Antoninos, Fayum (Egipto) Diseño gráfico: G. Gauger & J. Siruela © Jostein Gaarder y H. Aschehoug & Co. © De la traducción, Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo © Ediciones Siruela, S. A., 1997, 1999 Plaza de Manuel Becerra, 15. «El Pabellón» 28028 Madrid. Tels.: 355 57 20 / 355 22 02 Telefax: 355 22 01 siruela@siruela.com www.siruela.com Printed and made in Spain
Prefacio Cuando en la primavera de 1995 visité la Feria del Libro de Buenos Aires, alguien me recomendó que dedicara una mañana al famoso mercado de San Telmo. Tras unas intensas horas recorriendo los puestos, encontré refugio en una pequeña librería de viejo. Entre una modesta selección de manuscritos antiguos, mi mirada se detuvo en una caja roja que tenía una etiqueta con la inscripción «Codex Floriae». Algo despertó mi interés y la abrí cuidadosamente. En ella descubrí un montoncito de hojas manuscritas que parecían antiguas, muy antiguas; no tardé en comprobar que el texto estaba en latín. En una línea aparte se leía un saludo inicial escrito en mayúsculas: «Floria Aemilia Aurelio Augustino Episcopo Hipponensi Salutem». Floria Emilia saluda a Aurelio Agustín, obispo de Hipona... Tenía que tratarse de una carta. ¿Sería realmente una carta dirigida a ese teólogo y padre de la Iglesia nacido a mediados del siglo IV y que pasó la mayor parte de su vida en el Norte de África? ¿Y se la enviaba una mujer llamada Floria? Yo conocía bien la biografía de Agustín. Ningún otro personaje muestra con tanta claridad el dramático cambio cultural que tuvo lugar durante la transición entre la antigua cultura grecorromana y la cultura cristiana, que caracterizaría a Europa hasta nuestros días. La mejor fuente para conocer la vida de Agustín es, qué duda cabe, el propio Agustín. A través de sus Confesiones (escritas hacia el año 400) proporciona una visión única del agitado siglo IV así como de sus propios conflictos espirituales, relacionados con la fe y con la duda. Tal vez sea Agustín el individuo anterior al Renacimiento que más cercano nos resulta. ¿Qué mujer podía haberle escrito una carta tan larga? En la caja había al menos 70 u 80 hojas. Yo jamás había oído hablar de tal escrito. Intenté traducir una frase más: «Me resulta curioso el saludarte con estos términos. Hace tiempo habría escrito sencillamente "a mi pequeño y divertido Aurelio"». No estaba muy seguro de la traducción, pero al menos pude entender que se trataba de una carta de carácter muy personal. De repente se me ocurrió una idea. ¿Podría ese escrito proceder de la que, durante muchos años, fue concubina de Agustín; es decir, de la mujer a la que, como él mismo escribe, se vio forzado a rechazar por haber elegido el celibato y la privación de todo amor sensual? Sentí un escalofrío, porque sabía muy bien que la tradición agustiniana lo único que conoce de esa desafortunada mujer, o de su larga convivencia con Agustín, es lo que él mismo escribe en sus Confesiones. Al instante, tenía al librero a mi lado señalando la caja. Yo seguía petrificado por lo que creía haber descubierto. — Muy interesante— me dijo en inglés. ‐Sí, eso espero. Me habían hecho ya algunas entrevistas para prensa y televisión, en relación con ...
Regístrate para leer el documento completo.