Vivir Como Quijotes (O Morir En El Intento)

Vivir como Quijotes

(o morir en el intento)

Ensayo a partir de El Quijote de la Mancha







Cátedra de Literatura Española II

Facultad de Filosofía y Letras

















-2012-

El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, generalmente se nos aparece como un texto de lectura, si no amena,al menos divertida, por el hecho de que a lo largo del texto mientras uno viaja junto al valeroso hidalgo y a su infatigable escudero en sus desopilantes aventuras no puede menos que sonreír ante lo insólito de los acontecimientos que les suceden; las estrafalarias disquisiciones que surgen de algunos de sus diálogos; lo grotesco (por ridículo) de algunas imágenes que nos llevan indefectiblemente alo risible; o lo absurdo que nos puede resultar lo obstinado del hidalgo en persistir en su actitud caballeresca y loca, aún cuando en algún intersticio se percibe cierto dejo de lucidez, cuando lo único real y palpable son los huesos rotos, la sangre derramada, el golpe tras golpe que recibe y la burla constante hacia su persona. Si bien puede entenderse esto como una metáfora de la vida misma-que comparto-, ya que se deben perseguir los deseos propios aunque parezcan fuera de toda razón y lógica, luchando contra gigantes molinos de viento que están al servicio de ingratos duques que se burlan de nuestras aspiraciones, y persistir en esa búsqueda más allá de tener el esqueleto, la mente y el corazón destrozados (y esto me recuerda a un fragmento de Alejandro Dolina en Balada del amorimposible que reza:

“pero el amor imposible no es cosa de prudentes, sino de Quijotes.

Sólo cuatro veces en doce años vio Alonso Quijano a Aldonza Lorenzo.

Jamás cruzaron palabra. Pero eso le bastó para vivir en ella y por ella.”)[1];

más allá de esa metáfora, decía, me llamó la atención la manera en la que mi lectura fue desenvolviéndose de manera jovial sin hacerdemasiado hincapié en esos detalles violentos, sangrientos o escatológicos que abundan en la obra, o al menos de manera más explícita y de mayor cantidad en la Primera Parte que en la Segunda, en la que parece tener más cabida otro tipo de violencia, más subyacente, como lo es lo obsceno de las burlas de los Duques que ocupan gran desarrollo en esta Segunda Parte y que encarnan la crueldad, además delo ofensivo que resultan, desde mi punto de vista.

Así las cosas, creo que debajo del manto de esparcimiento que nos produce leer el Quijote podemos descubrir un mundo trágico y violento, al que tenemos acceso en una segunda lectura o, al menos, en una lectura más detenida y más reflexiva que la mera lectura entretenida que no podemos evitar por el magistral manejo que tiene Cervantes de lapalabra y las situaciones. Además, el hombre busca la alegría antes que la desazón, por lo que quizás nuestra inclinación a percibir el lado cómico del Quijote sea algo instintivo pues, ¿quién prefiere elegir lo doloroso entre algo que le cause pesar y algo que le cause placer? Me parece que cualquier espíritu en su bien juicio elegiría la senda dichosa. Más allá de esto, no puedo dejar de pensaren la enseñanza que el Quijote nos dejó, desde 1615, año en que se publica la Segunda Parte y se da fin a una de las mayores obras de la literatura universal, sobre el sentido trágico de la vida contra la que hay que luchar. Lord Byron[2] decía que “el recuerdo de una dicha pasada es triste, mientras que el recuerdo de un pesar sigue siendo pesaroso”[3], con lo cual la tristeza tendría más fuerzaque la alegría. Don Quijote, creo, simboliza esa lucha que tiene la raza humana desde antaño y contra la cual el único remedio es no darle la espalda, sino enfrentarla. La risa es un modo, y por eso quizás elegimos guardar el recuerdo de la lectura de esta novela como algo divertido, aunque haya motivos para no reír.

Cervantes nos realiza un muestrario de lo dura y triste que es la realidad...