Vivir intensamente
Eran tiempos de cambio en la vieja Habana, principio de los años setenta, todavía una oposición cada vez más decaída empezaba a percibir que la revolución que fue ofrecida con tanta pasión por un joven abogado revolucionario para liberar a la isla caribeña del yugo norteamericano y la corrupción y la anarquía de Fulgencio Batista, se estabatransformando lentamente en un régimen autoritario ahora con un pichón de dictador, está vez con mano más férrea que remetía contra todo aquel que tuviera algún pensamiento diferente. En aquellos tiempos una mujer traía al mundo a un hermoso niño que fue bautizado con el nombre de Adrian, un bautizo de nombre solamente, ya que se había también empezado en la isla a silenciar cualquier manifestaciónideológica y esto claramente incluía a la iglesia católica e iglesias de otras religiones, la única religión permitida era el culto al Comandante y a su revolución. Poco sé en este momento de la infancia de Adrian, al igual que poco sé de su padre. Adrian no tuvo hermanos, pero si tuvo una madre abnegada a su educación y a su cuidado, eso sí con la dificultad económica que cada día más se empezaba asentir por el régimen comunista que poco a poco fue eliminando la propiedad privada, la empresa privada para pasar toda la actividad económica a manos de un Estado cada día más poderoso, cuyos tentáculos llegaban desde la producción de la caña de azúcar, tabaco y ron, hasta la administración de los poderes del estado. Adrian creció viendo como su madre trabajaba duro para traer el pan a la casa yque dentro de lo posible darle lo mejor a su hijo. Años después
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durante la adolescencia su cerebro fue lentamente carcomido por los sueños de la revolución, por una Cuba digna, llena de oportunidades de educación, por la lucha y la resistencia frente al enemigo latente a solo 150 kilómetros de su querida Habana. Soñó con ir a estudiar becado por el Estado a otros gobiernos comunistashermanos como Hungría, Rumania, Bulgaria, Checoslovaquia y por supuesto al país que vio nacer a los padres del comunismo, Lenin y Marx. La piel se le fue curtiendo lentamente por el sol intenso que cae sobre la isla, dándole un bronceado permanente color canela dorada que le trajo jugosos dividendos entre las muchachas del barrio, unos rasgos faciales muy finos, una cabellera negra azabache y unaaltura comparable a la de los gigantes holandeses, de cuerpo esbelto y bien formado por la variedad de ejercicio que practicaba para ganar el beneplácito del régimen que fomentaba el deporte en la juventud. De personalidad noble y encantadora, Adrian era el novio soñado de niñas de los cinco a los doce años y el deseo de adolescentes y señoras pecaminosas.
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Capítulo 2 Llega la desilusiónLentamente y en plena adolescencia Adrian comienza a darse cuenta que las becas para estudiar en países comunistas no era para todos, que estaban reservadas a los hijos de los funcionarios del régimen y otras personas con conexiones directas al cielo, la única conexión que Adrian y su familia tenían eran algunas tomas eléctricas donde podían conectar los equipos que no tenían. También se empezaba aoír que ese temible enemigo a pocos kilómetros de su Habana no era tan malo como decían, los privilegiados que tenían una radio podían oír las frecuencias radiales que navegaban sin rumbo por el Mar Caribe desde Cayo Hueso en la Florida y se estrellaban en aquellas cajas receptoras para traer noticias de la vida de los exiliados cubanos que habían podido emigrar de una manera u otra de aquel régimencada día más restrictivo, que seguía culpando de sus falencias a un embargo impuesto por el terrorífico enemigo del norte. Poco a poco la idea de arriesgar su vida por una vida mejor para él y su madre fue calando hondo en sus pensamientos, y así fue como un día Adrian tomo la determinación de construir junto con un grupo de amigos el vehículo a la libertad, amigos también cansados de los...
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