vkok

—Kaulitz, tu compañero será... Trümper.— ¿Qué? Joder.

La maestra no sabía cuantas burlas traería este tema del puto trabajo, digo, era Bill... El chico más horrible que pudiera pisar el instituto, ¿era enserio? Mis amigos iban a burlarse día y noche hasta que consiguieran una hernia estomacal. Los imaginaba capaces de llamar por la madrugada y preguntar por aquel compañero tan poco agraciadofísicamente.

—Qué belleza te llevarás hoy a casa, Tom.— Oí los comentarios y las cortas carcajadas que brotaban de la boca de aquellos, mis amigos. Un trío más o menos desquiciado que se entretenían a costa de los menos agraciados, así era mi grupo. Me había costado tres meses conseguir colgarme de este trío, y para poder conservar mi puesto en el debía ejecutar las mismas travesuras.

Soyun tipo de muchacho que se ha dejado manipular por ciertos chicos. Hace algún tiempo atrás esperaba que mi popularidad incrementara con el paso de las semanas al entrar a alguna nueva escuela u o instituto, y así fue, tal y como lo pronostiqué las chicas iban detrás de mi, las putas se me abrían de pierna y las santas me enviaban cartas, las cuales al segundo de recibirlas eran botadas al cestomás cercano.

—Tom, hoy puedes venir a casa... pa-para el trabajo.— Tres segundos que me desconectaba de la realidad y el tipo ya estaba plantado en frente de mi y mis amigos.
Di una rápida mirada al grupo que se encontraba a un lado de mi, ellos me miraron con sonrisas en sus labios esperando que degradara al pobre chico, al cual le quedé viendo a los ojos, más bien sus gafas ¿No podría usarlentes de contacto? Es que venga, sus ojos se venían como unas semillas, horribles.

—No, tengo otras cosas que hacer. Yo haré mi parte y tú haz la tuya, ¡En tu casa!— Puse énfasis en las últimas palabras. Al ver la cara de humillación de aquel chico, supe que estaba actuando de mala forma con un ser humano. Hace algún tiempo atrás cuando Bill lucía bien llegué a sentirme atraído por elpelinegro, pero el día que cruzó la puerta del instituto luciendo esas horribles gafas, corrí despavorido.

El moreno se dio media vuelta y caminó a la salida abrazando sus libros, mismos que cayeron al suelo momentos más tarde gracias a la zancadilla que Georg le había puesto justamente tres pasos más después de la salida, ¿Ya lo ves, Tom? Son unos hijos de puta que se ríen de la desgracia ajena, y tú,tú solo te unes como un chupa pijas que no tiene voz ni voto.

—Hasta donde he llegado.— Pensé.

Y luego de debatirme mentalmente, corrí sin importarme mis pertenencias. Corrí tan rápido que no alcancé a frenar a tiempo y tuve que retroceder algunos metros hasta aquella persona que había buscado entre la multitud de estudiantes.

—Bill, al fin te encuentro...—Intenté coger un poco deaire mientras apoyaba las palmas de mis manos sobre mis rodillas, viendo desde mi posición a un muchacho sorprendido.—Hoy si puedo...ir.— Y en su rostro se dibujó la más hermosa sonrisa que alguna vez pude ver, sus dientes se asomaron detrás de sus labios luego de haberlos curvado.

Se quitó sus gafas llevando estas hasta su camisa, limpiando el vidrio de aquellas con el reverso de la tela. En eselapsus de tiempo pude admirar sus ojos almendrados, el brillo de estos era simplemente perfecto sin esas ridículas gafas.—Joder, Bill...— Sus labios eran contorneados por su lengua para luego moverse lentamente en ciertas muecas.

—¿Tom? ¿Te encuentras bien?— Llamado de atención. Me estaba hablando el chico, joder.

—En perfecta salud.— Le sonreí de vuelta en una mueca, seguro lo habíanotado luego de ponerse las horribles, escalofriantes, monstruosas; gafas. —Entonces... ¿Qué dices?— Me crucé de brazos, llevando mis manos por debajo de estos mientras le miraba una vez que me erguí, quedando unos centímetros más alto que él.

Le vi asentir suavemente con su cabeza, y aquella sonrisa que aún no desaparecía de su rostro me hacía dudar de mi orientación sexual. —¿Qué pasa?...