voces contra la globalizacion
Íbamos por la calle, cogidos de la mano y sin la menor
prisa. Totoca iba enseñándome la vida y yo estaba muy
contento, porque mi hermano mayor me llevaba de la
mano y me enseñaba las cosas, pero las de fuera de casa,
porque en ésta yo aprendía descubriéndolas solo y haciéndolas solo, me equivocaba y, al equivocarme, acababa
siempre recibiendo unos azotes.Hasta hace muy poco,
nadie me pegaba, pero después descubrieron las cosas y
no cesaban de decir que yo era malo, que era un diablo,
un gato entigrecido. Yo no quería saber nada de eso. Si no
hubiese estado en la calle, me habría puesto a cantar. Cantar era bonito. Totoca sabía hacer otra cosa, además de
cantar: silbar. Pero, por más que yo lo imitaba, no me
salía nada. Él me animó diciendo queera así exactamente,
pero que aún no tenía boca de soplador. Así que, como no
podía cantar por fuera, fui cantando por dentro. Era algo
muy raro, pero se fue volviendo muy divertido e iba recordando una música que Mamá cantaba cuando era yo
muy chiquitito. Estaba en el lavadero, con un pañuelo en
la cabeza para protegerse del sol. Llevaba un delantalatado a la cintura y se quedaba horas y máshoras, metiendo las manos en el agua y haciendo mucha espuma
con el jabón. Después retorcía la ropa e iba hasta la
cuerda. Lo colgaba todo de ella y levantaba la caña. Hacía
lo mismo con toda la ropa. Estaba lavando la ropa de
la casa del Dr. Faulhaber para ayudar con los gastos de la
casa. Mamá era alta y delgada, pero muy bonita. Tenía un
color muy moreno y el pelo negro y liso. Cuandose dejaba el pelo suelto, le llegaba hasta la cintura. Pero lo bonito era cuando cantaba y yo me quedaba a su lado para
aprender.
Marinheiro, Marinheiro
Marinheiro de amargura
Por tua causa, Marinheiro
Vou baixar à sepultura...
As ondas batiam
E na areia rolavam
Lá se foi o Marinheiro
Que eu tanto amava...
O amor de Marinheiro
É amor de meia hora
O navio levanta o ferro
Marinheiro vaiembora
As ondas batiam...*
14 JOSÉ MAURO DE VASCONCELOS
* Marinero, marinero, / Marinero de mis amores, / Por tu culpa, marinero, / Padezco tantos dolores... // Las olas batían / Y barrían la arena. / Allá se fue el marinero / Al que yo tanto quería... // El amor del marinero / Es amor de media
hora. / El navío leva anclas / Y el marinero se evapora... // Las olas batían...Hasta ahora aquellamúsica me daba una tristeza que
yo no conseguía entender.
Totoca me dio un empujón y desperté.
—¿Qué te ocurre, Zezé?
—Nada. Estaba cantando.
—¿Cantando?
—Sí.
—Pues debo de estar quedándome sordo.
Entonces, ¿no sabía que se podía cantar por dentro?
Me quedé callado. Si no lo sabía, yo no se lo enseñaría.
Habíamos llegado al borde de la carretera de Río a
Sao Paulo.
Pasaba de todo porella: camiones, automóviles, carros y bicicletas.
—Mira, Zezé, esto es importante. Lo primero es mirar
bien. Mira para un lado y para el otro. Ahora.
Cruzamos corriendo la carretera.
—¿Te ha dado miedo?
Claro que sí, pero dije que no con la cabeza.
—Vamos a volver a cruzar juntos. Después quiero ver
si has aprendido.
Volvimos.
—Ahora tú solo. Sin miedo, que ya te estás haciendo
unhombrecito.
El corazón se me aceleró.
—Ahora. Ve.
Me lancé casi sin respirar. Esperé un poco y él dio la
señal para que volviese.
—Para ser la primera vez, lo has hecho muy bien,
pero has olvidado una cosa. Tienes que mirar para los
dos lados a ver si viene un coche. Yo no voy a estar
aquí siempre para darte la señal. A la vuelta, practicaEL DESCUBRIDOR DE LAS COSAS 15remos más. Ahora vamos, quete voy a enseñar una
cosa.
Me cogió de la mano y volvimos a ponernos en marcha despacio. Yo estaba impresionado con una conversación que había tenido.
—Totoca.
—¿Qué?
—¿Se nota cuando ya se tiene uso de razón?
—¿Qué tontería es ésa?
—Fue el tío Edmundo quien me lo dijo. Dijo que yo
era «precoz» y que pronto iba a llegar a tener uso de
razón. Y yo no siento ninguna diferencia.
—El tío...
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